Siempre se ha dicho que el peor enemigo de la democracia es el abstencionismo, y es verdad, pero en esta ocasión existe también un fuerte rival: “el voto inútil”

El “voto inútil” es aquel que se sufraga, que se lleva a cabo pero que no incide hacia un eventual ganador. Muchos dirán que no es “inútil” porque aunque el candidato votado no gane, su partido recibe mayores participaciones por la preferencia obtenida, pero ¿Qué de loable tiene dar más dinero a cierto partido?

Por ejemplo en Coahuila, las encuestas indican que siete de cada diez votantes quieren un cambio de gobierno, lo cual sugiere que solo 3 de 10 votarían por el PRI, partido en el poder; sin embargo con una oferta de 7 candidatos a la gubernatura, que son muchos, el PRI puede ganar debido a la dispersión del voto opositor, con todo y que las mayorías anhelen un cambio.

Según la última encuesta de Grupo Reforma, en Coahuila PRI y PAN están empatados, ambos con 36% de la preferencia electoral, mientras que Morena se ubica muy por debajo con el 16% de la tendencia; de allí los otros cuatro candidatos restantes deambulan entre el 1% y 5%, por lo que hoy podemos decir que sólo 3 candidatos tienen posibilidades; sin descartar a Armando Guadiana de Morena, que aunque va muy abajo ha tenido un crecimiento sorprendente por ser la primera vez que compiten en este estado, y aún falta tiempo. Pero de congelarse la tendencia actual, sin que suceda algo extraordinario, esta elección será de dos punteros: El priista Miguel Riquelme y su coalición “Por un Coahuila Seguro” conformada por los partidos PRI-PVEM-PNA-PRC-PCP-PSDI-PJ; y el panista Memo Anaya que encabeza la “Alianza Ciudadana por Coahuila” conformada por los partidos PAN-UDC-PES-PPC. Llama la atención que Anaya Llamas se ha mantenido en este mismo porcentaje, no solo en esta contienda, sino que desde hace 6 años cuando fue igual candidato a gobernador en el 2011, que obtuvo un 35.18% de la votación efectiva.

Con el actual empate técnico, una luz se vislumbra para el PAN Coahuila, pero no debemos olvidar que el PRI Coahuila ha sido invencible en esta entidad durante casi un siglo, los últimos antecedentes fueron las elecciones intermedias a las diputaciones locales del 2014, donde el tricolor se llevó carro completo en los 16 distritos electorales; y también se llevó carro completo en el 2015 cuando ganó 7 de los 7 distritos federales; todo esto a pesar de la ya famosa y cuestionada mega-deuda de Coahuila, así como otros escándalos de corrupción que involucran al exgobernador Humberto Moreira, semejante historial advierte que los priistas no se irán solitos, como asegura el slogan panista #DeQueSeVanSeVan sino que se requerirá de mucho más para vencerles.

LAS DECLINACIONES

Las declinaciones son ajustes que ahora se ven con más frecuencia en el país, cuando un candidato declina por otro con intereses comunes y mayores posibilidades de ganar. Esta práctica más que los votos que pudieran trasladarse, genera un impacto mediático al estilo Fernando Elizondo cuando declinó a favor de “El Bronco” en Nuevo León.

En Coahuila Javier Guerrero puede hacer esta diferencia dado lo cerrado de la contienda, ya que es el independiente más posicionado con un 5% de la preferencia, y una declinación de este hacia Memo Anaya sin duda inclinaría la balanza hacia el PAN. Pero si en cambio este declinase por Armando Guadiana, podría inclinar la balanza hacia el PRI, ya que la incorporación de Guerrero sería insuficiente para que gane Morena, y por otro lado fragmentaría un posible “voto útil” hacia Anaya.

LAS ENCUESTAS

Hoy en día es entendible no creer tanto en las encuestas, recordemos las inesperadas victorias de Trump y Peña Nieto, pero tampoco ignorarles, ya que no dejan de ser el medio más efectivo y objetivo para medir las tendencias electorales. Y con la preferencia que tiene Javier Guerrero se asegura que no tiene posibilidades, por lo que tendrá que tomar una decisión: seguir al suicidio o inclinar la balanza dejando una huella en la historia democrática de Coahuila. El sentir general es que ya se percibe una tendencia a más declinaciones hacia Memo Anaya, como se ha manifestado por militantes del PRD, que siendo un partido de izquierda optaron por apoyar la alianza del albiazul.

EL VOTO INÚTIL

Hoy en día con la interconectividad que brindan las redes sociales, los ciudadanos no solo pueden percibir el sentir ciudadano, sino que podrían más o menos ponerse de acuerdo para dar un voto pragmático. Al final, los indecisos seguramente optaran por sumar al que consideren el “menos malo” para derrocar al “peor” lo cual es una estrategia muy válida para compensar las imperfecciones de la “democracia mexicana”, que en el caso de Coahuila acumula la insultante cantidad de 15 partidos, 7 candidatos, y 1 partido hegemónicamente dominante. Aunado a que tanto para Coahuila como para el Estado de México, la inquietud de que no gane el PRI es más latente ya que nunca han conocido la alternancia, las mayorías lo piden, sin embargo está por verse si no les vence un nuevo enemigo silencioso: “el voto inútil”.

@cesarDavila_