El pecado del gobernador de Chihuahua es no contratar publicidad a los medios de comunicación. De ahí el linchamiento que sufre Javier Corral. Quizá sea un error de su parte no difundir en espacios mediáticos comerciales, por así decirlo, los logros de su gobierno. Pero ello no lo convierte en el peor político de la historia, como pretenden hacerlo aparecer en algunos diarios. Si tiene deudas con Norte de Ciudad Juárez, debe pagarlos, desde luego en el caso de que estén adecuadamente documentadas. Pero no se puede ni se debe culpar a Corral del cierre de la edición impresa de ese periódico. La crisis del negocios de difundir noticias en papel, que es global, tiene otros orígenes. Ahora a Javier Corral se le cuestiona que gaste un millón de pesos al mes en imprimir Cambo 16 de Chihuahua. No es una mala idea hacerlo: el gobierno necesita difusión. Y me parece un esfuerzo editorial de bajo costo, que puede o no tener éxito. Lo único criticable que le encuentro al periódico de Corral es el nombre, tomado de una publicación histórica de la transición española. El gobernador de Chihuahua pudo haber sido más creativo. No lo fue y creo que, por esa razón, se vio más que provinciano, naco. Fuera de eso, no hay de malo en el proyecto.