Siendo Florida un estado “bisagra” y quizá determinante para mover la balanza a favor de quien será el próximo presidente de los Estados Unidos de América del Norte, no resulta demasiado extraño que los candidatos hagan hasta lo impensable por congraciarse con los votantes de la sureña entidad; incluso bailar “Despacito” de Luis Fonsi, en el caso del demócrata Joe Biden; y “Y.M.C.A.” de Village People, por parte del republicano Donald Trump.

Fue Joe Biden el primero en intentar meter ritmo a su campaña y lo hizo buscando atraer el voto latino, cuando el martes 15 de septiembre, durante un mitin celebrado en Miami, tuvo un claro guiño con la audiencia. De inicio, el cantante puertorriqueño, Luis Fonsi, fue el encargado de presentar a Biden. “El futuro de nuestro país depende de las elecciones de noviembre. No podemos dejar de lado a nuestras familias”, acotó el intérprete del hit de 2017, antes de cederle la palabra a Biden.

En ese momento, el candidato demócrata se acercó al atril y dijo “solo tengo una cosa que decir”. Acto seguido, sacó su teléfono móvil y empezó a reproducir “Despacito”, al tiempo que con movimientos torpes intentaba balancear la cabeza y seguir el ritmo de la canción mientras que Fonsi le animaba a que continuara.

En las redes sociales, muchos usuarios comentaron el gesto de Biden. La mayoría consideraba que fue “ridículo” y no podían entender cómo el candidato demócrata pudo llegar a creer que de esta forma podía atraer más votos.

El propio Donald Trump, horas después, compartió un video claramente editado donde se reemplazaba la popular canción por un rap con críticas a la policía.

Pero al parecer la anécdota no quedó ahí, al menos no para los estrategas de la campaña del polémico presidente Trump, quienes aprovechando su presencia ayer en un acto proselitista también en Miami, lo pusieron a bailar al ritmo de YMCA, lo que Trump llevó a cabo con gran ímpetu, principalmente después de haber pronunciado un discurso victorioso en el que declaraba sentirse poderoso por haber vencido al COVID-19.

Especialistas en el tema, aseguran que sin el voto latino no hay Casa Blanca, y en razón de ello, resulta lógico que si los candidatos tienen que pararse de cabeza para ganar las simpatías de los latinos lo harán gustosos y sin queja alguna.

“Florida es sin duda uno de los estados claves para ganar la Presidencia de EE. UU., no solo por los 3 millones de latinos elegibles para votar ahí, sino porque el estado es bien conocido como estado bisagra, donde no hay una ventaja clara para ningún candidato. En 2000, Florida le dio el triunfo a George W. Bush, y en 2016 la victoria en ese estado despejó el triunfo para Donald Trump.

Se menciona que las elecciones presidenciales de 2020 podrían convertirse en los primeros comicios en los que los latinos representarán el grupo minoritario racial y étnico más grande de Estados Unidos. Se proyecta un récord de 32 millones de personas de esta comunidad que podrían ser habilitadas para ir a las urnas, y que representarán un 13,3 % del total de votantes elegibles, de acuerdo con el Pew Research Center. De ahí que la pregunta sobre la importancia de su voto no es cualquiera. De hecho, en las elecciones de 2012, Barack Obama se llevó el 71 % del electorado latino, lo que fue determinante a la hora de llegar a la Casa Blanca”. (El Espectador 12/10/20)

En otro orden de ideas, habrá que consignar que tras que parece ser claro que el que se haya infectado y después ‘milagrosamente’ aliviado de Covid19 se trató solamente de una artimaña con fines propagandísticos cuyo resultado habrá de verse pronto, ahora el presidente Donald Trump rechazó sostener el segundo debate frente a su rival el candidato Demócrata y ex Vicepresidente Joe Biden, para quien según mayoría de analistas y periodistas lidera las preferencias electorales rumbo a la próxima elección presidencial en el vecino país al norte.

Al igual que la estrategia de ‘infectarse’ por el virus Sars-Cov2 y rápidamente sanar, resulta polémica la actitud de rechazar sostener el segundo debate. Al tiempo habrá que verse si ambas maniobras le servirán de alguna utilidad en relación a su empeño de lograr la anhelada reelección.

La Comisión de Debates Presidenciales (CPD por sus siglas en inglés), el órgano no partidista responsable de esos encuentros entre los aspirantes presidenciales, ya anunció en un comunicado oficial la cancelación del segundo encuentro cara a cara entre ambos abanderados, el que estaba previsto a realizarse en Miami, Florida el próximo 15 de octubre debido a desacuerdos en el formato.

Después de un polémico primer debate realizado a finales de septiembre y tras la noticia sobre el contagio por Covid19 de Trump, los esfuerzos por acordar un formato y unas normas que satisfagan a ambos equipos de campaña resultaron infructuosos.

La enfermedad del mandatario y de muchos de sus colaboradores en la Casa Blanca causó preocupación en el equipo de campaña de Biden, y entre los organizadores del debate, por lo que la Comisión responsable propuso la realización del evento en forma virtual lo que fue rechazado por el equipo de Trump. “Eso no es aceptable para nosotros. No voy a participar en un debate virtual"; dijo tajante en una entrevista con Fox Business:

"No voy a perder mi tiempo en un debate virtual, de eso no se trata un debate. ¿Te sientas frente a una computadora y lo haces? ¿Debates? Ridículo. Y luego pueden silenciarte cuando quieran".

Ante la negativa de Trump a participar, la campaña del ex vicepresidente Biden pidió a la comisión organizadora que traslade ese formato al tercer debate, fechado al 22 de octubre, señalando :

"Para que el presidente no pueda evitar tener que rendir cuentas"; además el equipo de campaña de Joe Biden manifestó que de suspenderse el segundo debate que está agendado el 15 de octubre, su candidato se encargaría de encontrar una fórmula apropiada para responder directamente a los votantes y un poco más tarde la cadena ABC anunció un ‘town hall’ solo con Biden.

Y es que de existir una reconsideración de Trump y regresar a participar en debates, aún cabe la posibilidad de efectuarse el que iba a ser el tercer debate, previsto para el 22 de octubre en Nashville, en el que deberá en su caso establecerse las mayores medidas de seguridad sanitaria incluyendo todas las pruebas (de covid-19) requeridas, uso de mascarillas, distancia social y otros protocolos.

Como es sabido las elecciones presidenciales en Estados Unidos de América están previstas para el próximo 3 de noviembre, y a escasas tres semanas, los candidatos están obligados a meter el acelerador a fondo y como ya quedó de manifiesto, están dispuestos a bailar al son que les toquen a fin de ganar votos.

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