Todas las técnicas quirúrgicas tienen un porcentaje de fracaso. Vocablo que, aunque puede sonar estigmatizante, es directo y adecuado en términos científicos

Con el aumento en la popularidad de las técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la obesidad mórbida y la variedad de grupos quirúrgicos que la realizan, también ha aumentado el número de casos en los que el procedimiento no alcanza resultados óptimos. O dicho de manera clara, es un fracaso.

Un ejemplo ilustrativo es la banda gástrica ajustable (BGA). Hace apenas una década, era la cirugía Bariátrica más común en México. Algunos grupos quirúrgicos, incluso declararon haberlas realizado por miles. Con el paso del tiempo, y luego de que estudios serios reportaron que el índice de complicaciones aumentaba de manera significativa a partir del segundo año postoperatorio, y que la pérdida de peso a largo plazo no era tan efectiva (comparada con el bypass gástrico), la técnica fue perdiendo popularidad hasta llegar a quedar prácticamente en desuso en la actualidad.

Las principales causas del fracaso fueron:

? Elección equivocada de la técnica para ese paciente

? Paciente mental y/o emocionalmente inadecuado

? Mala técnica quirúrgica

? Deslizamiento de la banda

? Migración de la banda (hacia la luz del estómago)

? Disfunción del sistema de ajuste

Esto se traduce en diferentes síntomas, que hacen que el paciente acuda en búsqueda de ayuda profesional con un sentimiento de frustración e incertidumbre.

El fracaso de la técnica se mide principalmente por:

? La pérdida insuficiente de peso (menor del 25% del exceso de peso inicial) a 18 meses de la cirugía)

? Re-ganancia del peso perdido

? Falla en la resolución de los problemas metabólicos que originaron la indicación (diabetes, hipertensión arterial, apnea de sueño, etcétera)

? Complicaciones directas del procedimiento (reflujo gastro-intestinal severo, disfagia, eructos espontáneos, infección recurrente de la herida, entre otros)

Las demás técnicas quirúrgicas como la manga gástrica, El bypass gástrico, etcétera, también tienen fallos y representan en muchas ocasiones todo un reto profesional, pues en la mayoría de los casos requerirán de una nueva cirugía como alternativa de manejo. Para establecer el diagnóstico, con frecuencia se requiere de estudios de laboratorio y gabinete como endoscopía, rayos X y tomografía.

A diferencia de otras áreas de la cirugía, en bariatría el éxito final depende tanto de factores que tienen que ver con el cirujano, como de factores que tienen que ver con el paciente. Ya que, incluso cuando la técnica quirúrgica hubiera sido adecuada y correcta, si el paciente no sigue adecuadamente las instrucciones nutricionales y de cambio de estilo de vida, los resultados finales serán pobres y/o insuficientes. De aquí la importancia de un adecuado seguimiento postoperatorio de los pacientes, por un equipo debidamente capacitado (nutriólogo, bariátra, psicólogo, etcétera). Nosotros recomendamos un seguimiento de al menos 12 meses.

Pero, ¿y qué hacemos entonces con estos casos de fracaso?

En su mayoría, estos pacientes van a requerir de una cirugía de revisión o conversión, según sea el caso. Este bien puede ser tema de otro análisis, pues cada caso debe evaluarse de manera particular y las opciones pueden variar mucho de acuerdo a las condiciones particulares de cada paciente.

Baste por el momento considerar que la cirugía bariátrica de revisión tiene una mayor tasa de complicaciones que la cirugía que se realiza por primera vez. Se sabe además, que el factor esencial en la cirugía de revisión es la experiencia del cirujano, el número de pacientes que opere al año y la infraestructura del centro donde trate a sus pacientes, por lo que se recomienda altamente acudir a equipos especializados y con suficiente experiencia.

Imágenes

? Estenosis gastro-yeyunal post bypass fallido

? Banda migrada a estómago. Vista radiológia, endoscópica y post-operatoria

*El autor es cirujano general y bariátra, ha sido profesor de cirugía de la University of California, Los Angeles (UCLA)