En dos días, el diario estadounidense The New York Times publicó dos editoriales muy incisivos para el gobierno mexicano; el primero de ellos el día 27 de abril el cual llevó por título “México huye de la verdad”, en donde se relata la odisea del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) encomendados para realizar una investigación paralela sobre la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa en Guerrero en septiembre de 2014. En esta publicación se alude al sistema de justicia mexicano y se le califica como corrupto y brutal, se critica además la “verdad histórica” pronunciada por el entonces Procurador General de la República Jesús Murillo Karam en relación a los hechos acaecidos en la comunidad de Iguala y Cocula en donde presumiblemente los 43 estudiantes fueron masacrados e incinerados

Asimismo, se relata el trabajo casi maratónico que tuvo que realizar el GIEI con un sinfín de obstáculos e imprecisiones gubernamentales respecto a las pruebas, testigos y relatos sobre el paradero de los normalistas desaparecidos. Con esta investigación, asegura el editorial del NYT se dio paso a que se crearan ciertas especulaciones generalizadas contra miembros de las fuerzas de seguridad federales implicadas en este caso y en donde el gobierno busca tapar sus huellas asegura la publicación.

Al día siguiente de la publicación de este editorial, el día 28, periodista Ginger Thompson en la sección para América Latina del NYT publicó un texto titulado “México es su peor enemigo”, en donde se recuerda aquella noche del 26 de septiembre de 2014 como una noche de confusión y terror, se relata además cómo el GIEI tuvo que lidiar contra las lentitudes institucionales de México, el nulo liderazgo de sus autoridades, pero sobre todo, el daño y la podredumbre que causa la corrupción en todo el sistema político y que por momentos nos hace dudar del rumbo al que este país supuestamente va encaminado.

No es la primera vez que grandes diarios internaciones elaboran minuciosos reportes críticos sobre el sistema político, de justicia e institucional de México, sin embargo cada vez éstos son una constante, la crítica es buena siempre y cuando sea constructiva, el problema es que en México muchas veces nuestras autoridades la perciben como una amenaza o peor aún los propios mexicanos nos desgastamos en otros temas que no son realmente importantes para nuestro bienestar como sociedad o como país, nos empeñamos más en descifrar de qué color es un vestido o de las tonterías que dijo e hizo una persona en estado de ebriedad que lo que nuestras propias autoridades y figuras políticas hacen con nuestro país.

Queda por preguntar cómo es posible que el propio gobierno obstaculice el trabajo de un cuerpo de investigación que busca esclarecer los acontecimientos de un trágico suceso que no marcó únicamente un sexenio, ha marcado a México para toda la vida.