Uno de los grandes avances del proyecto de Andrés Manuel López Obrador ha sido haber signado el acuerdo comercial entre los países vecinos del norte; esa renegociación dejó de lado el Tratado de Libre Comercio y abrió la ventana a una nueva propuesta de intercambio que incluye la exportación e importación de productos. En esa ocasión, la pericia de Marcelo Ebrard fue contundente—considerando los prejuicios del presidente Trump y las condicionantes que se llegaron a divulgar. Pero más allá de esa circunstancia— se avanzó por muchas razones algunos temas reglamentarios en el que se aprobó un esquema de leyes secundarias para la relación de los socios activos de Canadá y Estados Unidos.

Quizá, una de los elementos de más astucia política se apreció con el trabajo operativo que realizó el coordinador de los senadores de Morena Ricardo Monreal: un hombre que goza de las confianzas del mandatario López Obrador, y que ha sido clave para instalar el manual de proyecto de nación que diseñó en tiempos de campaña. Con esa premisa, se trabajó con todas las fuerzas desde el senado a pesar de Morena contó con mayoría; sin embargo, la prioridad aterrizó en la medida que se hicieron algunas propuestas de modificaciones con la finalidad de alcanzar consensos de las mayorías.

En ese tenor, y bajo el argumento de que el senado posee la facultad de aprobar convenios y tratados comerciales, Ricardo Monreal y las comisiones unidas que acompañaron la labor inherente, impulsaron los dictámenes que fueron votados por la asamblea. Fue en ese instante en el que una vez más vimos el carácter de uno de los rostros más importantes de la Cuarta Transformación; junto a ese destacado trabajo la totalidad en general reconoció la lectura y la habilidad del presidente de la Junta de Coordinación Política. Eso, naturalmente, reconoció el tacto político que alimenta el manual altamente favorable en manos de Monreal, y de todos los senadores de Morena que empujaron fuerte, porque cada uno de ellos sabe la importancia que tiene el crecimiento económico en sus territorios.

Quienes siguen de cerca el desarrollo de Ricardo Monreal, saben perfectamente que está hecho para los grandes desafíos sociopolíticos. Y en la medida que sea capaz de conquistar más terreno en el epicentro legislativo, no tendremos duda que en su momento será un aspirante fuertísimo con miras al proceso del 2024. Esa tarea conlleva una enorme responsabilidad, no obstante, los retos de esa envergadura se manifiestan a través de los atributos del coordinador de los senadores de Morena. Finalmente, en este segundo ejercicio legislativo de la cámara alta, se integraron enormes modificaciones de la agenda que movilizó el mandatario desde el ejecutivo; esta labor, surgió efecto mediante el conducto de unos de los líderes cuyas habilidades influyen de forma sustancial.

Apunten a Monreal como un presidenciable poderoso para el 2024. No hay duda de eso.