En su columa ?Carmen Aristegui acorralada; ¿qué opciones tiene??, Héctor Palacio, colaborador de SDPNoticias, me dice:

?Federico Arreola, tiene razón Aristegui al decir que su batalla es por la libertad. Y es así porque ha sabido construir en México un espacio de libertad y crítica incomparable hasta ahora. ¿No le parece que vale la pena apoyar su titánico esfuerzo por sobrevivir a los ataques y la censura durante los tiempos de Calderón y Peña??.

Le respondo a Palacio, @NietzscheAristo en Twitter, lo siguiente:

La propia Carmen Aristegui si es honesta como lo es, tendrá que reconocer púbicamente que si alguien ha apoyado su batalla por la libertad es el principal accionista de MVS, el señor Joaquín Vargas. El ?espacio de libertad y crítica incomparable? de Carmen lo ha financiado este empresario, que ha soportado no pocas presiones, sobre todo las de aquellos que en otros medios de comunicación y en las redes sociales lo han convertido en el villano de una película que todavía podría tener un final feliz. Depende de qué tanto esté dispuesto a ceder Joaquín, pero también de que qué tanto ceda Carmen.

Para bailar un tango se necesitan dos. Carmen Aristegui tendría que entender mejor la complicada situación de Joaquín Vargas antes de juzgar a un hombre que simplemente le tendió la mano cuando ella estaba fuera de los medios masivos.

Las condiciones o los lineamientos que busca imponer MVS a sus conductores de noticias, Carmen incluida, no son irracionales ni lastiman la dignidad de nadie. La señora Aristegui debería aceptarlos y seguir trabajando. Joaquín Vargas, por su parte, debería reinstalar a los reporteros despedidos y santo remedio.

Una vez me dijo el empresario fundador de El País, Jesús de Polanco, que ese gran diario era la obra de periodistas extraordinarios, como Juan Luis Cebrián y de grandes intelectuales que ahí colaboran. ?Yo solo puse el culo para que el poder le diera de patadas mientras ellos realizaban su trabajo y se llevaban los aplausos?.

Ya basta de que Joaquín Vargas reciba solo los golpes, ya ha recibido demasiados. Carmen sabe todo lo que él ha hecho por la libertad de expresión.