En la encuesta de Reforma, el 70% aprueba a Andrés Manuel. Altísimo; pocos gobernantes en el mundo pueden presumir un número así. Más notable es la cifra porque la obtuvo el presidente López Obrador en un contexto de escándalos, como el de la deslealtad extrema de Carlos Urzúa, ex titular de la SHCP.

Esa aprobación coincide con el estable nivel —al menos en tres mediciones— que le otorga la encuesta AMLOVEmetrics que cada semana publica SDP Noticias; el 70% de Reforma es superior inclusive al 61% promedio de la medición diaria que hace Roy Campos en El Economista, y ese número del diario de la familia Junco también es más alto que el 66% de la última encuesta de Alejandro Moreno en El Financiero. Y ni para qué comparar el elevado 70% de Reforma con la encuesta de México Elige, de Sergio Zaragoza y Aldo Campuzano, cuyo dato de aprobación (reprueba AMLO con menos de 50%) no tiene ninguna lógica.

¿Cayó la aprobación? Sí, dice Reforma, porque en marzo era de 78%, pero en realidad la aprobación sigue siendo elevadísima si se compara con el poco más de 50% que votó por Andrés Manuel. En el ejercicio de Reforma se pregunta a la gente cual sería el sentido de su voto si hoy hubiera elecciones para decidir si AMLO debe permanecer, o no en el cargo: el 69% —prácticamente el mismo porcentaje que lo aprueba— votaría a favor del presidente de México.

El 70% de Reforma es inclusive superior al 63% de aprobación de Andrés Manuel en la misma encuesta en noviembre de 2018, cuando era presidente electo.

Si se analiza la gráfica completa de aprobación de AMLO en Reforma, que tiene solo tres puntos —noviembre de 2018, marzo de 2019 y julio de 2019— la tendencia es a la alza, ya que parte de 63% y llega a 70%.

Que Reforma presente eso como una “caída” es muy mala leche, de plano. Esto es, puras ganas de joder por joder. Buena encuesta, pues, pero presentada como propaganda de una derecha que no encuentra el rumbo.