29 de abril de 2024 | 06:15 p.m.
Opinión de Jane de la Selva

    Último discurso de Obama (opacado por divorcio de Angelina Jolie y Brad Pitt)

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    Considero a Barack Obama de los mejores oradores de este siglo. La naturalidad, en conjunto con la veracidad del mensaje que desea impartir al planeta, encanta a las masas. Su facha es elegante así como su selección de vocabulario es implícita de buen gusto. La vulgaridad no es parte de su educación. Su energía no es turbia, su historial está limpio. La nobleza de su temperamento, evidente. Un político humano y capaz, que no obstante estuvo forzado a tomar medidas impopulares al comienzo de su mandato cuando salvó a multinacionales empresas de la quiebra a causa de la corrupción, forzado por el terror financiero que le exigía evitar la quiebra económica de la nación, condición para ser aceptado por todos los sectores.

    El último discurso ante la ONU de Obama, concebido para lanzar una seria advertencia al pueblo, del gran peligro que acecha cuando la opción de gobierno elegida toma decisiones que trabajan en detrimento de los beneficios sociales alcanzados para la clase pobre y media en los Estados Unidos en sus dos administraciones.

    Pero CNN anunció constantemente debajo del presidente Obama ante las cámaras, una cinta que recorría la pantalla anunciando la demanda de divorcio de Angelina Jolie contra Brad Pitt.

    Esa fue la noticia más destacada al momento en el que el presidente articulado e inteligente de raza negra de Estados Unidos— aunque es mulato pues su madre era blanca y su padre africano—daba al término de sus ocho años de administración. El último discurso en presencia de todos los representantes de los países miembros de la ONU con la prestancia seguridad y tablas que describo arriba. 

    Pero cualquier escándalo o tragedia entre la sociedad estadounidense—y en cualquier otra—es mucho más gozable e interesante mediáticamente que cualquier discurso político aún sea éste el último al aire del presidente Obama. La sociedad empachada de campañas políticas, harta de discursos, de tramas que se refieren a la política electoral, respondía con gran audiencia a la primicia del caso Bradgelina, como es conocida la pareja. Le urgía la distracción de un escándalo mundano para avivar el rating del noticiario.

    La señora Jolie, famosa por su labor altruista en pos de la infancia en condición vulnerable en el mundo, además de su exitosa carrera de actriz hollywoodense, le pidió el divorcio a Brad Pitt y exigió legalmente la custodia de sus seis hijos. Los dos mayores adoptados por ella antes de su relación con el popular actor, tres habidos de su unión con él, y uno más adoptado por ambos durante su etapa de pareja feliz.

    La labor de las televisoras es, ser de los primeros al aire en dar una noticia, aunque hoy día por lo general se les adelantan las redes sociales.

    El pragmatismo del sistema capitalista a su máximo esplendor, negocio es negocio y en los medios “rating” es negocio y esto es lo que siempre irá por delante.

    Y esta noticia, opacó decididamente el último mensaje dado al mundo, del admirado presidente demócrata.