Entre dichos y diretes ni a quién creerle. Por un lado Joaquín Vargas (MVS Comunicaciones) y por el otro Felipe Calderón. Todo rodea a la (preciosa) concesión de 2.5 Gigahertz (Ghz) que tenía la empresa MVS, la cual quiere rescatar la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y poner en subasta para fomentar la competencia.

Resulta que en conferencia de prensa realizada el día de ayer en un hotel de la Ciudad de México, Joaquín Vargas, el principal directivo de MVS, denunció que fue víctima de chantaje por parte del Gobierno Federal, específicamente por parte de Javier Lozano, ex secretario del Trabajo de la actual administración y Alejandra Sota Mirafuentes, vocera y encargada de Comunicación Social de la presidencia. Todo por una pregunta muy incómoda que hizo la periodista Carmen Aristegui en su programa de radio el 4 de febrero del 2011: “¿Felipe Calderón tiene problemas de alcoholismo?” ¡Zas! Grave. Porque hay reportajes sobre los gastos excesivos en bebidas embriagantes en la Residencia de los Pinos, relacionados con el presunto alcoholismo de nuestro Jefe de Estado. Hay que recordar que la periodista fue despedida de la emisión “por transgredir el código ético” de la empresa MVS. Según Joaquín Vargas, Javier Lozano le advirtió: “Hemos encontrado que tu proyecto de la 2.5 Ghz, tiene méritos propios, pero si recontratas a la periodista, a tu proyecto se lo lleva la chingada…” Y la recontrató, alegando que nunca pensó en ceder ni un paso a los chantajes del presidente; pero en mi opinión fue por las diversas manifestaciones de seguidores de la periodista y un posible boicot a su programación.

La disyuntiva se encuentra en que el secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez-Jácome, rechazó que en el rescate de la banda 2.5 Ghz haya existido chantaje o algún condicionamiento a la empresa MVS. Entonces, ¿a quién le creemos?  

Recordarán los planes de Televisa para comprar acciones de Iusacell y así poder ofrecer servicios de telefonía, pues, este evento fue mencionado en la conferencia de prensa del día de ayer, cuando denunció el presidente del Consejo de Administración de MVS, Joaquín Vargas, que en junio del 2012, Alejandra Sota, pidió a los empresarios de MVS no impugnar la resolución sobre la concentración entre Televisa y Iusacell, a cambio de renovar la concesión de la banda de 2.5 GHz. Ni lenta ni perezosa, Sota Mirafuentes lanzó un comunicado en el que acusó al presidente de MVS, de "calumniar, tergiversar y engañar" para alcanzar sus objetivos económicos.

Tal cual, como si fuesen niños ante su maestro después de una riña pueril, se acusan de mentirosos, dicen tener pruebas, dicen que van a demandar, dicen que no van a caer en “chantajes ni presiones”, lloran y patalean porque les crean. Se dicen de todo y se dan con todo. Y por mientras, a MVS le quitan su autopista, a Televisa le ponen su segundo piso, y los ciudadanos como siempre, esperando a ver cuándo se ponen a trabajar por México y no para sus bolsillos.