“El hombre es un animal de costumbres” dijo muy sabiamente el escritor inglés Charles Dickens, y es más difícil acabar con una costumbre, que con un hábito.
Yo si soy de los señores de la casa, que por paridad de género, van a los supermercados para apoyar con las compras de subsistencia cotidianas, y me ha tocado, en muy innumerables ocasiones, y desde hace bastantes años, ver productos exhibidos con precios mal marcados, siempre menores al precio con los que son registrados en las cajas de pago.
Recientemente acudí a uno de esos supermercados y tomé un jabón líquido Dial de repuesto, que estaba marcado para su venta al público de México en 10 pesos mexicanos, pero al intentar pagarlo en la caja, se registró con precio de 19.90 pesos, igualmente mexicanos.
Claro que pudo haber sido un error de actualización de precios, como me comentó el encargado del departamento de perfumería, creo, que así lo catalogan, pero de igual manera, un incremento de casi el 100% en un producto no parece lógico, aunque quizá, racional sí.
El otro lado de la moneda de lo que ocurre en los supermercados también es muy analizable, y que desafortunadamente, también es una costumbre muy arraigada, el muy mal denominado: “robo hormiga”, que es llevarse productos de todo tipo de tiendas y supermercados escondidos, sin pagarlos, es una costumbre, repito, igualmente ancestral y bastante grave para la economía nacional; alguna vez un gran empresario mexicano nos comentó al doctor Fernando Elizundia Charles y a mí, cuando atendimos a uno de sus nietos como pediatras: "El día que desaparezca el robo hormiga en México, vamos a ser potencia mundial".
En una de mis incontables visitas a uno de esos supermercados, noté que los lápices que venden en paquetes de 6 ó 12 ó más, los recubren con cinta adhesiva gruesa, siempre me ha gustado escribir con lápiz de madera, más cuando veía al Secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, con su lápiz bien afilado mientras daba sus conferencias de prensa durante la pandemia de influenza del 2009, al igual que recubren con esa cinta otros productos que se venden así en paquetes por mayoreo o medio mayoreo, pregunté la razón de esa protección y una de las personas que atendían ahí me comentó que si no los cubren así, los merman, que significa, disminuir la totalidad de una masa afectando directamente su volumen eternamente.
Costumbres como estas, que sí desaparecen -como lo comentó ese gran empresario mexicano- seríamos potencia mundial, quizá más, que lo que se intenta lograr con la Cuarta Transformación.