Nuestro país se encuentra lleno de cultura, tradiciones y costumbres. Dentro de nuestra cultura albergamos grandes leyendas que forman parte de nuestras creencias a lo largo del tiempo y que han ido cambiando generación tras generación.
Una de las más escalofriantes que hemos escuchado se desarrolla en el barrio de Santa Catalina, lugar donde se encuentra el llamado Callejón del Aguacate que fue testigo de un horrible crimen.
En total hay varias versiones y distintas leyendas acerca del famoso crimen del Callejón del Aguacate. La más famosa trata acerca de un militar durante el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas.
Cuanta la leyenda que por esos rumbos vivía un militar que había quedado loco después de haber participado en tantas guerras. Decían que padecía de estrés y que solía salir a caminar todas las tardes, pero había un hecho que le molestaba. Siempre que salía se encontraba a un niño pequeño que admiraba su vestimenta militar y que le preguntaba si quería jugar con él. Un día el militar se sintió aún más estresado de lo normal y decidió salir a caminar. Cuando estuvo fuera, se encontró con el pequeño, el cual le volvió a preguntar si quería jugar con él. El militar enfurecido, tomó al niño del cuello y lo ahorcó en el árbol de aguacate.
Días después el arrepentimiento lo invadió y decidió mandar poner una virgen, la cual se encuentra en la esquina del callejón, con el objetivo que cada persona que pasara frente al altar tendría que rezar un Padre Nuestro.
Se dice que el espíritu del pequeño todavía vaga por las calles todas las madrugadas y que su alma jamás ha podido descansar en paz.
Al conocer la leyenda sentimos curiosidad por conocer el Callejón del Aguacate y asegurarnos si algunos de los vecinos han experimentado algún hecho paranormal.
D-PASEO tomó cámara y mochilas para ir a conocer el callejón ubicado cerca de la Av. Francisco Sosa. En el callejón varios de los vecinos que caminaban en familia o paseando a sus mascotas mencionaban que solían asustar por las noches, otros mencionaban que se podía escuchar a un niño jugar y otros negaban la existencia de algún hecho paranormal.