Todavía no se puede dejar de lado lo sucedido entre John Ackerman y la estación de radio Noticias MVS, es necesario que usted, amable lector se entere de lo que siguió sucediendo después de la renuncia que hizo pública John Ackerman así como la carta abierta publicada por Luis Cárdenas.
Por si usted no lo sabía, MVS cuenta con una figura única,.. le repito una figura única en la radio y la televisión de México, me refiero al defensor de la audiencia o mejor llamado Ombudsman, Gerardo Albarrán de Alba es un conocido académico y periodista, fundador de La Jornada, miembro también del consejo editorial de la edición mexicana de Le Monde Diplomatique, del Committee to Protect Journalists y de la Organization of News Ombudsmen así como coordinador de proyectos especiales en el semanario Proceso, es un verdadero docto en el periodismo y la defensa de los intereses de la audiencia.
Este hombre anteriormente citado invitó a John Ackerman a platicar con el en su programa “Ombudsman MVS”, frente a la audiencia que merecía saber todo sobre esta decisión, sería la palabra de John Ackerman y la de Luis Cárdenas en un debate abierto.
Pero John Ackerman declinó la invitación argumentando que su carta de renuncia dice todo, que mejor que dar la cara frente a la audiencia y explicar y documentar que su versión acerca de las supuestas presiones de Enrique Peña Nieto, la decisión de no pasar los comentarios de John Ackerman fue estrictamente de Luis Cárdenas, son sus atribuciones, la única prueba de la supuesta censura es su propia palabra en su renuncia.
Parece que Ackerman olvidó la importancia del debate, de que se contrasten las ideas y que se ofrezcan argumentos.
Dudo muchísimo que sean presiones de Enrique Peña Nieto debido a que John Ackerman no es el único crítico en esa estación, si fuera así ya habrían censurado a Denise Dresser, Sergio Aguayo, Lorenzo Meyer y a Jenaro Villamil.
Todos creen que la carta de renuncia está sustentada, aún y cuando Ackeman no dio una sola prueba de presiones por parte del candidato “ganador”
Y no, estimados lectores, no escribo esto en defensa de Enrique Peña Nieto como muchos quisieran creer, esta columna está escrita para contrastar, para que sepan lo que muchos no quieren saber, para los que se casan con una ideología o personaje y no quieren saber lo que no les conviene o simplemente no quieren escuchar o leer palabras que no sean complacientes.