Quizá Tatiana Clouthier debió demandar a Alfredo Jalife por daño moral. Fueron muchos los insultos y calumnias que el segundo dirigió a la primera. Pero Tatiana prefirió denunciarlo por el delito de difamación, todavía existente en Nuevo León, donde ella reside.

Tatiana lo hizo hace un año, meses después de haber dejado el gobierno federal, en el que fue secretaria de Economía. Ayer o antier la policía detuvo a Jalife, pero no porque se le haya condenado a ningún tipo de sanción, sino nada más para hacerlo cumplir con una exigencia de nuestro sistema: comparecer cuando se enfrenta una denuncia.

Seguramente Jalife será liberado —o quizá ya se le liberó—, pero este tipejo irresponsable pudo haberse evitado molestias si hubiera atendido la denuncia de Tatiana. Por arrogante no lo hizo, paga las consecuencias.

Tatiana es una mujer extraordinaria. La conozco y la admiro desde hace más de 30 años. Jalife es un pobre diablo.

Hace años Alfredo Jalife me demandó dos veces en lo civil y me denunció en lo penal. En una demanda por daño moral me exigía que yo le pagara nada más 500 millones de pesos; en la otra, que lo indemnizara por 600 millones.

Como dos periodistas de la radio me entrevistaron acerca de las tonterías de Jalife, este también demandó por daño moral a Ciro Gómez Leyva, de Radio Fórmula, y a Luis Cárdenas, de MVS.

Todas las demandas y la denuncia las perdió Jalife. Él no podía ganar: ¡¡¡no tenía la razón!!! Eso sí, el muy arrogante se enojó con una jueza de primera instancia que me dio a mí la victoria, y la denunció. Quería que la metieran a la cárcel. No ocurrió.

Se enojó también con la abogada que lo representó en el primer juicio, Carolina Ivonne Flores, y la demandó: Jalife todavía pretende que ella le pague una parte de los 500 millones de pesos que no pudo sacarme a mí.

Durante años la abogada Flores ha sufrido un brutal —y desde luego muy injusto— acoso de parte de Alfredo Jalife. El sistema judicial debería protegerla.

En una de las audiencias, Jalife amenazó a mi abogado: le dijo que le iba a dedicar un artículo en La Jornada para calumniarlo. No lo hizo porque La Jornada es un periódico serio.

¿Cuál fue el inicio de mi pleito con Jalife? Su antisemitismo. Le dije en Twitter que no valía la pena insultar a Enrique Krauze por su origen judío y se me echó encima.

Obviamente, cada insulto de Jalife lo respondí en los mismos términos. Pero, desde luego, no lo demandé ni denuncié: yo no hago eso, no lo considero útil.

Tatiana Clouthier hoy colabora con Claudia Sheinbaum, esta una mujer de origen judío a la que también ha ofendido Alfredo Jalife.

Claudia no ha demandado ni denunciado a Jalife ni, tampoco, ha respondido sus insultos y calumnias. La candidata presidencial de Morena ha preferido ignorarlo. Ya dijo Tatiana, y es la verdad, que ella denunció a Jalife porque quiso y deslindó a Claudia. En este asunto, Sheinbaum solo ha expresado algo que me parece prudente: argumentos para que la difamación deje de ser delito —no lo es en la Ciudad de México, pero en Nuevo León y en otras entidades sí—.

Ojalá la derecha no utilice la denuncia de Tatiana para tratar de golpear a Claudia. Si alguien debería salir en defensa de la hija del gran Maquío Clouthier es uno de los líderes intelectuales de quienes se oponen a AMLO y a la 4T, el historiador Enrique Krauze.

Creo que en este tema tengo autoridad moral de sobra para pedirle a Krauze que no se quede callado y, al menos, explique las razones no politiqueras por las que Tatiana hizo lo que hizo, en una época en la que no era funcionaria pública y estaban lejos las elecciones presidenciales.

Posdata 1: ¿Que Andrés Manuel podría defender a Jalife y hasta invitarlo a su gobierno? Claro que podría hacerlo. El querido y admirado presidente López Obrador es un gran provocador, si siente que a su proyecto le conviene la provocación. Le sugiero un cargo absolutamente escandaloso para Jalife en la última etapa del sexenio obradorista: embajador de México en Israel. La comunidad judía nacional pondría el grito en el cielo y él no recibiría el beneplácito, pero todos nos divertiríamos con el sainete. Hacen falta motivos para carcajearnos.

Postada 2: No pocas personas de Morena, como Pedro Salmerón, han pedido que el partido expulse a Alfredo Jalife. No sé si este milite o ha militado en el partido de izquierda. Estuvo en un primer consejo consultivo, me consta —yo también estaba ahí—. ¿Qué ocurrió con la demanda de expulsión? Sepalach. Pero, en realidad, no importa: Jalife es un mal bicho, pero no tan relevante.