Después de la ronda de debates que hemos visto por la Presidencia de la República y por la jefatura de la CDMX, pienso que la política al ser ejercida por seres humanos, esta debería ser sujeta a las Leyes de la Física y les platico mi idea. En su primera Ley de Newton, nos dice que: todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y en la misma dirección y velocidad a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas netas impresas sobre él. La tendencia de un cuerpo a resistir un cambio en su movimiento se llama inercia.

La política en México es un sistema completo formado por personas, segmentado por los distintos cargos a elección popular que se someterán a votación, pero como buen sistema, si una sección recibe un cambio impactará en una proporción significativa al resto.

Con fundamente en lo anterior, pensemos que los debates es una demostración de esas fuerzas que mantienen en movimiento a las candidatas y candidatos, pero es solo eso, una demostración, ya que los votantes no deciden su voto por las propuestas mostradas en el debate, sino por sus lealtades partidistas, identidad social y motivaciones personales; sin embargo, los que sí llegan a cambiar su decisión sobre un candidato a otro son los grupos empresariales o grupos de poder (los cuales denominaré como Fuerza E), a raíz de cómo los perciben en los debates y de la tendencia de las encuestas.

Por ejemplo, en el primer debate presidencial, la candidata del Frente Opositor declaro que “no pudo ser ella misma”, se sintió demasiado presionada por los comentarios de sus asesores y en su versión 2 del debate, llegó con actitud confrontacional, poniendo apodos y violando las reglas acordadas del debate, concentrada en su publico electoral. Habló de reducir impuestos, apoyar con dinero público a los empresarios y de que ellos mismos se regularan, en referencia al proyecto sobre las 40 horas laborales. Enfocó su discurso en motivar al público que ya está con ella, lo cual le daría mayor fuerza pero olvida algo clave, tiene una fuerza opositora muy grande dentro del Frente; casi nadie cree en el PRI (49% de la población en México) ni se identifica con ellos y abiertamente dicen que nunca votarían por ese partido.

En otro escenario, tuvimos el debate por la jefatura de gobierno de la CDMX, donde el candidato del Frente Opositor, ha hecho lo posible por “desmarcarse” de esa fuerza contraria que simboliza el PRI, que es contraria a la inercia que lleva y que parece no haber impactado aún conforme el resultado de las encuestas y los debates.

Aplicando las Leyes de la física a la política mexicana, podemos expresar las siguientes hipótesis:

  • La fuerza empresarial (la llamaremos Fuerza E) que está empujando a Xóchitl, es un flujo “constante de recursos” que sirve para que la campaña camine, después de los pésimos resultados y el nulo movimiento en las encuestas por la presidencia, ¿podríamos suponer que la candidata del Frente se mantendrá en inercia sin el apoyo empresarial?
  • La denomina fuerza negativa que simboliza el PRI para la población mexicana y que está dentro del Frente Opositor, ¿será determinante para cambiar la inercia de las campañas?
  • Si una nueva fuerza se aplica a la candidatura del Frente Opositor en la CDMX, pensemos en una Fuerza E, ¿está campaña mantendrá su inercia o tendrá un cambio significativo?

Estas hipótesis las podremos comprobar pasando las elecciones y verificar las variables que les impactaron. Existen muchas fuerzas que no he puesto en este texto para no hacerlo muy largo, pero en las siguientes semanas estaré hablando de ellas y pondré especial énfasis en su análisis pasando las elecciones.

La única hipótesis que tenemos comprobable, es que la campaña de la Dra. Claudia Sheinbaum ha sido un movimiento constante, con una inercia a la victoria desde que empezó y que culminará con ella, como la Primera Presidenta de la República. De esto no tengan duda porque las leyes de la física no se equivocan.