La intolerancia es uno de esos males sociales que de pronto parecen inofensivos, pero que, si no son erradicados, pueden llegar a ser fatales.

En Manizales, una localidad de Colombia, fue reportado el caso de una riña con desenlace fatal que, según testigos, inició por diferencias entre las creencias religiosas de dos locales. “Uno le decía, ‘Yo no creo en Dios’ y el otro respondía ‘Yo sí creo’”, relató un testigo del homicidio.

La discusión habría subido de tono cuando el hoy finado exclamó “Yo soy Dios” provocando la ira del agresor que respondió dándole una puñalada. De acuerdo con la explicación de Hernándo Peláez, Secretario de Gobierno local, esta feria fue la causa de la muerte de la víctima.

Gracias a que los hechos fueron denunciados por los familiares del agredido y testigos, el acusado de asesinato, un ciudadano de 47 años, fue detenido casi de inmediato y ahora se enfrentará a la ley para determinar cuál será su castigo.

La intolerancia se apropia de la ciudad colombiana

Desafortunadamente algo extraño está pasado en la ciudad donde tuvo lugar el asesinato, pues las autoridades reportan que este no es el primer caso conocido en que la intolerancia tiene gravísimas consecuencias.

Tan sólo en el fin de semana previo al enfrentamiento por diferencias espirituales, dos mujeres se enfrascaron en una pelea que terminó con una de ellas muerta; igual de fatal fue el encuentro entre otros vecinos cuando uno fue a reclamarle a otro porque no le había pagado 5 mil pesos colombianos, aproximadamente 28 pesos mexicanos.

Pero eso no es todo, tan sólo en lo que va de 2019, el municipio ha registrado 42 homicidios de los cuales, 36 tuvieron origen en la intolerancia que el año pasado también cobró 54 vidas.