La última idea de Steve Jobs para el imperio que fundó fue Appe Park, un espacio luminoso en donde sus empleados no necesitaran ni de calefacción, ni de aire acondicionado porque sería natural y perfecto.  

Bueno... en lo que no pensó fue que tantas puertas transparentes traerían problemas. Y es que varios de sus trabajadores terminaron en el hospital tras chocar con alguna pared de cristal, y aunque intentaron prevenirse colocándoles post-its, fueron obligados a retirarlas porque "dañaban el diseño del edificio". 

El paraíso de Steve, entonces, se ha convertido en una tortura confirmada por San Francisco Chronicle, que cuenta con las grabaciones de las llamadas de emergencia. Aquí la transcripción de una: 

Y aquí otra: "Un empleado en el Campus y se ha golpeado con un panel de cristal y tiene un corte por encima de la ceja. Según nuestro personal certificado de primeros auxilios, va a necesitar puntos". Sin duda, la multinacional deberá sacrificar su innovador edificio por el bien de su personal.