Las azafatas o asistentes de vuelo deben ser las personas más pacientes del planeta. Sobre todo aquellas (y aquellos) que tienen bajo su cuidado a decenas de personas en un vuelo de más de 10 horas.

Sin embargo su estado zen sí puede ser alterado con conductas agresivas a su profesión y su persona. De acuerdo con Skyscanner, sitio de reservas de vuelos, estas son los malos hábitos que tienen algunos pasajeros:

Chasquear los dedos. ¿Qué se piensan los que lo hacen? Los asistentes de vuelo ofrecen servicio pero eso no significa que deban obedecer al pasajero o responder a estímulos como lo haría una mascota entrenada.

Levantarse del asiento antes de lo permitido. Esto no solo es molesto para los empleados de la aerolínea también para el resto de los pasajeros. Nada es urgente en un vuelo, en serio.

Saturar el compartimento superior y quejarse de la falta de espacio. En cada boleto de avión la indicación sobre las medidas del equipaje de mano son claras. Además es ?equipaje de mano?. No se ahorre unos pesos por no documentar sus pertenencias.

Hablar durante las explicaciones de seguridad. Afortunadamente en algunos vuelos ya están cambiando la explicación del asistente por un video porque es justo este momento donde todos demuestran que tienen déficit de atención y malos modales.

Solicitar más mantas o almohadas. Si su viaje es largo, tome precauciones. Los aviones no son hoteles.

Basura en el bolsillo delantero. ¿Hace falta explicar que los bolsillos, pisos y compartimentos del avión no son botes de basura?

Pedir comida o bebida diferente a la disponible. Un avión tampoco es un restaurante. En algunos vuelos se ofrece la posibilidad de manifestar si uno es vegano o solo consume kosher. Hágalo.

Quejarse de la temperatura del avión. ¿Tiene frío o calor? No es culpa de los asistentes de vuelo. Viajar sin prevenir cambios de temperatura es absolutamente su responsabilidad.