Sobre la muerte y lo que sucede o no después de ella se han dicho muchas cosas y las creencias alrededor de ella cambian según la religión y la cultura de las persona. Por ejemplo: en el budismo se cree que cuando un alma alcanza el nirvana, trasciende y puede renacer, por su parte, el cristianismo postula que cuando una persona muere, su alma se va al paraíso en donde es recibir por Dios. 

Sin embargo, no se puede tener certeza en todo esto pues nadie a vuelto de ninguna de esas posibles realidades como para poder contar lo que sucede cuando acaba la vida como la conocemos. Pero algo cercano a esto le sucedió a Tina Hines, una mujer de Arizona que estuvo médicamente muerta por casi media hora. 

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Tina caminaba por un parque junto a su esposo cuando de pronto tuvo un paro cardiorespiratorio que nadie previó pues ella no estaba enferma, mantenía una alimentación saludable y hacía ejercicio. 

Al darse cuenta de lo que estaba sucediendo, su esposo le hizo reanimación cardiopulmonar y logró que su corazón latiera nuevamente, pero se detuvo. Posteriormente, el equipo de paramédicos llegó al lugar y usaron el desfibrilador seis veces hasta que consiguieron que su corazón volviera a funcionar normalmente. 

Fue así que el corazón de Tina pasó 27 minutos sin funcionar

Foto: Bruno Glätsch / Pixabay 

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Tras algunas horas de estar inconsciente, Tina abrió los ojos y aunque no podía hablar ni moverse mucho, pidió a sus familiares que le acercaran pluma y papel en donde ella escribió con dificultades algunas letras en desorden y amontonadas entre las que puede leerse la palabra “Es real”

Una vez que Tina despertó declaró que se refería a la experiencia después de la muerte y que en el lugar al que ella había ido durante esos minutos poseía unas enormes puertas que dejaban salir imponentes rayos de luz; además, aseguró haber visto una figura muy parecida a Jesús. 

La imagen de la oración que Tiina escribió ya le ha dado la vuelta al mundo y su éxito fue tal que incluso una de sus sobrinas se hizo un tatuaje con ella.