Las manos y los brazos de este sujeto de Bangladesh están llenas de impresionantes verrugas en forma de corteza que, por su similitud con la de los árboles, le han atribuido el mote de "hombre-árbol" y aunque podría parecer simpático, la realidad es que vive con mucho dolor.

Abul Bajandar, de 28 años de edad, padece epidermodisplasia verruciforme, una rarísima enfermedad genética. A casi tres años de que se conociera su caso a nivel global no ve otra alternativa para acabar con el dolor que la mutilación de sus extremidades. 

Desde 2016 diversos médicos le han intervenido para erradicar las formaciones incluso han declarado que "ya estaba curado", pero desde enero ha permanecido en hospitalización en la ciudad de Daca, en Bangladesh. 

También tiene verrugas en los pies, pero éstas están menos extendidas. Dijo a la AFP que había pedido ser tratado en el extranjero, pero no dispone del dinero para cubrir los gastos.

Su madre apoya la amputación 

La decisión de Abul es apoyada por su madre, la señora Amina Bibi. "Al menos será liberado del dolor. Es un infierno", confesó.

Samanta Lal Sena, cirujana plástica jefa del hospital de Daca, donde se le atiende gratuitamente, indicó que siete médicos sostendrán una reunión para discutir el caso y encontrar la mejor solución para él y su sufrimiento. 

La clinica que atiende a Abul ya había tratado un caso similar en 2017: el de una niña que sufría el mismo padecimiento congénito 

La clínica trató en 2017 a una niña bangladesí que sufría la misma enfermedad. En el caso de la menor de edad las excrecencias fueron retiradas pero volvieron a aparecer y en mayor número; su familia decidió concluir el tratamiento y se la llevaron de vuelta a casa.