Un granjero en Francia se propuso la misión de salvar una escuela en un poblado a las faldas de los Alpes, ¿cómo? Muy simple, decidió inscribir a quince ovejas.

Acompañado por su rebaño de cincuenta ovejas y sus perros, el pastor pretendía evitar el cierre de la escuela, la cual fue advertida en marzo sobre el cierre en septiembre de una de las once clases por la ausencia de niños para el nuevo curso tras la caída en la matrícula de 266 a 261 alumnos.

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El hombre inscribió entonces a 15 de las ovejas, con sus actas de nacimiento incluso, rodeado de los alumnos, los padres y los maestros, así a partir de septiembre ‘Salta carnero’, ‘Baaaaah’ o ‘Borrego’ compartirán simbólicamente el aula con su compañeros humanos en la escuela de Crets, Belledone.

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De acuerdo con Gaëlle Laval, quien es miembro de la asociación de padre, aunque los niños pasen dificultades, al gobierno -como en casi todo el mundo- parece no importarle el terreno donde se desempeñen los incidentes, sólo los números.

Para el poblador, el verdadero desastre sería que la escuela fuera cerrada, pues el ayuntamiento ha invertido mucho dinero durante los últimos años.

Con información de AFP