En 2013, un cruel historia conmocionó al mundo. Durante dos años, una mujer había mantenido oculta a su bebé en la cajuela de un auto. 

Hoy, la culpable de esto, una mujer francesa de 50 años, se enfrenta a juicio por el caso y podría ser condenada a pasar hasta 20 años en la cárcel. 

Los hecho salieron a la luz cuando la madre de la niña llevó el coche, en el que mantenía a su hija oculta a un taller. El mecánico, alertado por ruidos extraños, descubrió una "escena de terror" y contó que al abrir la cajuela vio a una niña cubierta de excrementos, incapaz de mantener la cabeza erguida, "pálida como un fantasma".

A pesar de haber pasado una de las más importantes etapas de su vida en condiciones infrahumanas, la niña sobrevivió y actualmente está a punto de cumplir 7 años pero quedó con secuelas "permanentes". Un examen al que fue sometida en 2016 indica que tiene "un déficit funcional de 80%" y "un autismo probablemente irreversible".

El comportamiento de la madre intrigó tanto a la policía como a los testigos, porque según dijo el hombre que la encontró, parecía "tranquila", como si el descubrimiento de la bebé fuera una "liberación". 

La madre y su esposo fueron detenidos para ser interrogados. Sin embargo, el hombre argumentó que no sabía nada de un embarazo y mucho menos de la bebé y las autoridades lo declararon inocente. 

Uno de los aspectos que más causó sorpresa en el caso de Séréna, nombre que la madre dio a la bebé, es que la pareja tenía otros tres hijos, de entre 6 y 12 años, todos escolarizados y normalmente integrados a la sociedad.

La niña vive actualmente con una familia de acogida. Los otros tres hijos de la pareja, de entre 11 y 17 años, fueron devueltos a sus padres después de haber sido colocados en familias de acogida.

Con información de AFP.