El dueño de una gasolinera ubicada en Southside, Estados Unidos, colocó un letrero en su microondas prohibiendo que cualquier persona caliente orina en él porque dice, ha perdido la paciencia ante la diaria asistencia a esta asquerosa costumbre. 

Según Parul Patel, propietario de la estación de servicio BP, aquellos que entran a su tienda con el fin de calentar recipientes de orina no son clientes, sino que sólo entran y se van directo a los laboratorios donde se realizan pruebas de drogas, que están a tan sólo unas cuadras. 

"Están tan desesperados por pasar sus exámenes que se vuelven violentos cuando se les pide que se vayan. Apenas hace unos días, una mujer se comportó tan agresiva que fue la que me dio al idea del cartel, pues insistía en que no había ninguno que lo prohibiera", explicó Patel.