Hay personas que de plano no dan una. Su mala suerte es tal que ni siquiera deseas que te toquen porque podrían contagiarte de su brillo gris y difuso.

Así como esta señora, que se le ocurrió subirse a un camión con todo y un enorme pastel. Cuando estaba por pagar su pasaje, se le resbaló de las manos salpicando hasta al conductor.

Y aunque otros pasajeros intentaron ayudarla, rescataron un pastel completamente inservible. Y así como cuando te avergüenza equivocarte, ella hizo como que nada había pasado mientras insistía en pagar.

Bueno, el chofer no pudo contener la risa, sobre todo al pensar que todo había quedado filmado en la cámara de seguridad. Ay, señora, por qué no se fue en taxi.