Luego de perder a su querida abuela, Sakyrah Angelique, una chica residente de Estados Unidos, decidió que no importaba si ella ya no estaba presente de forma física, pues la llevaría a todos lados y para siempre. 

Así lo hizo gracias a un tatuaje con el que una onda de sonido reproduce la voz de su abuela a través de un smartphone. Al escanearlo, una aplicación hace sonar el timbre de Angelique, como se llamaba. 

Y precisamente es en la clavícula izquierda donde se lo puso, porque desea sentirla cerca de su corazón. "Ahora puedo escuchar lo que me dijo el día de mi cumpleaños, un mes antes de su muerte. Me había aferrado a esa grabación por tres años sin saber qué hacer con ella", cuenta.