Aquellos que hayan tenido una mascota sabrán del lazo natural que surge entre estas y la familia. Tanto así que pasa a ser un integrante más.

Bien, Pepper es una de esas perritas que goza de este beneficio, y es que su dueña se preocupa tanto por su alimentación como por su higiene y entretenimiento.

Algo que para Tommy Rivers no tiene mucho sentido. O al menos eso pensó cuando su tía le dejó a Pepper a su cuidado. 

La perrita llegó con una serie de estrictas reglas en las que la mujer especificaba la cantidad de alimento que debía darle, una rutina de cariños que forman parte de su día a día. 

Por supuesto, la opinión del chico cambió cuando decenas de usuarios en Twitter le comentaron que la dueña no estaba exagerando, y le solicitaron publicar periódicamente sobre el estado de la perrita.