“¡Santo criterio interplanetario, Batman!”

El Dúo Dinámico

Perdón por ver estrellas donde no había

Y por ilusionarme con tus besos de papel

Perdón por confundir amor con compañía

Y comprarme la idea de que un día

Tú me ibas a querer, a querer

Perdóname

Mi error fue abrazarte, mi error fue entregarme

Mi error fue enamorarme, de un cobarde.

Yuridia / José Luis Roma

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Dos dictadores y algunos tiranos con ínfulas que nos indican que también lo serán pronto: eso tuvimos.

Pensaron que todo el mundo les aplaudiría y no fue así. Las redes se les fueron encima y dos que tres sensatos presidentes les dijeron en su cara que no eran unos demócratas.

La reunión de la CELAC en México empezó a hacer agua aun antes de llevarse a cabo. Los presidentes de Argentina y Brasil anunciaron que no irían, y se frenó en seco —¡qué bueno!— la ocurrencia de desaparecer la OEA.

La propuesta original del dúo dinámico, AMLO/Marcelo Ebrard, incluía apoyar, darles aire y cobijo, a los dictadores cubano y venezolano. Pronto quedó demostrado que no todos los líderes de América Latina participarían de tan tremendo desatino del gobierno anfitrión.

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México y su canciller Marcelo Ebrard, buscaban que la reunión fuese un éxito y con ello convertir al tabasqueño en el nuevo “líder” de la región, pero lo único que se obtuvo fue el exitoso hashtag #ComenYSeVan, señalando que una buena parte de la ciudadanía mexicana (sumada a la comunidad internacional) pedía que los dictadores de Venezuela y Cuba se largaran del país cuanto antes.

¿En qué cabeza cabe pensar que sería un éxito ser anfitriones de hipócritas asesinos?

Estos ni siquiera disimularon. Dicen ser comunistas pero viajan como neoliberales fifís en jets privados con interiores de lujo. Portan un cinismo absoluto de presumirse como austeros pero viven como ricos capitalistas, mientras sus pueblos zozobran en la miseria y viven con sus derechos humanos coartados.

¿Invitar a Nicolás Maduro a México, por quien se ofrece una recompensa de quince millones de dólares por estar probadamente —de sobra— ligado al narcotráfico?

Su equivocación quedó evidenciada cuando las pocas naciones libres de la verdadera América Latina soñada por Bolívar —sí, las hay— dijeron desconocer a los gobiernos represores de la región.

Mario Benítez, presidente de Paraguay, dijo de forma clara y con el micrófono ajustado al máximo volumen que su presencia en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), no es ningún reconocimiento al gobierno de Nicolás Maduro.

“No hay ningún cambio de postura en mi gobierno y creo que es de caballeros decirlo de frente”.

MARIO ABDO BENÍTEZ. PRESIDENTE DE PARAGUAY

Mientras este último, solo de forma taimada como el cobarde que siempre ha sido, y solo gracias a que el micrófono estaba abierto, respondió “ni del mío para el tuyo”

Benítez fue más lejos al decir que tanto la CELAC como la OEA reflejan una vocación integradora que se complementan. Otro descontón para la propuesta de AMLO de desaparecer a la Organización de Estados Americanos. ¡Auch!

Luis Lacalle, presidente de Uruguay, secundó al paraguayo diciendo que se puede criticar a la OEA pero no desvirtuar al organismo entero. Fue más lejos al señalar que:

“Participar en este foro no significa ser complaciente señor presidente [López Obrador], cuando no se respetan los derechos humanos, cuando se encarcelan opositores… vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, en Nicaragua y en Venezuela”.

Luis Lacalle, presidente de Uruguay.

No terminó ahí su inolvidable participación. Luis Lacalle Pou sentenció:

“El presidente de Cuba utiliza argumentos de mi nación que obviamente no comparto ni son ciertos. Si hay algo que es cierto es que en mi país, por suerte, la oposición puede juntar firmas, la oposición tiene resortes democráticos para quejarse… esa es la gran diferencia con el régimen cubano” y remató con un canto de rebelión y libertad, ‘Patria y Vida’, la canción que es un emblema de lucha contra la dictadura cubana: “que no siga corriendo la sangre por querer pensar diferente, quien les dijo que Cuba es de ustedes si mi Cuba es de toda mi gente”.

Luis Lacalle, presidente de Uruguay.

Muy grave que México invitara a los dictadores por los cuales hoy hay cientos de miles de migrantes tratando de ingresar a nuestra patria. ¡Qué angustia debieron pasar los venezolanos, nicaragüenses y cubanos (quienes, huyen de esas dictaduras, buscaron refugio en nuestro país, para luego intentar cruzar hacia Estados Unidos) al ver sus peores pesadillas siendo agasajadas por el gobierno mexicano!

La humillación sufrida por esos miles de refugiados es sentida también, por quienes nos avergonzamos de que la 4T recibiera a esos dictadores. No la olvidaremos. Y quienes hoy aplauden tan tremendo desatino, olvidan a conveniencia que los dictadores, para callar a la oposición, primero la encarcelan, luego la torturan y al final la aniquilan, mientras viven como virreyes en palacios.

Los presidentes de Uruguay y Paraguay dijeron la verdad sobre los dictadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Todo para el azoro de nuestros propios traidores de casa. Nadie lo esperaba.

Quedó demostrada una máxima popular del pueblo bueno: “la verdad no peca, pero ¡cómo incomoda!”

La cumbre de la CELAC hizo evidente que afortunadamente hay diferencias ideológicas en América Latina; tan simple como que los tiranos no soportan las verdades y solo quieren parlotear y manotear, mientras aquellos quienes, sin tratar de imponer ni imponerse, abogan por la libertad de todos.

A los dictadores, tiranos y demás ralea que busca callar a los opositores, a los críticos, a la prensa, se les debería recordar que en este país no son bienvenidos. Se les invita respetuosamente a que sólo coman y se vayan.