La semana pasada, la Cámara de Diputados aprobó en fast track una iniciativa para prohibir los espectáculos en donde intervienen delfines y otros mamíferos marinos. Sin embargo, el proceso legislativo no fue el correcto, ya que no se tomó en cuenta la opinión de expertos ni mucho menos se presentó evidencia científica que comprobara que estuvieran tomando una buena decisión.

Es probable que en los próximas días o semanas este tema se discuta en el Senado, en donde se tiene la confianza que se haga precisamente lo contrario a lo que hicieron los diputados; puedan presentarse expertos y exponer sus puntos de vista de por qué esta no es la mejor decisión para los animales marinos.

Un argumento importante es que, de acuerdo con asociaciones, como la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos, A.C. (AMHMAR) a cargo de Rodrigo Constandse, cancelar o prohibir los programas de producción vigentes en México, que es algo que está en la iniciativa, provocaría daños permanentes a la salud física, mental y social de los delfines, ya que implica la separación entre machos y hembras y eso desestabilizaría sus grupos y comportamiento.

Otro argumento en el mismo sentido, y que es algo muy grave, es que a los delfines les tendrían que suministrar tratamientos hormonales anticonceptivos de manera permanente desde temprana edad ante la falta de posibilidad de someterlos a una cirugía. Esto obviamente sería doloroso y dañaría su salud. Como ven, no es un tema sencillo. Se necesitan considerar diversos factores y no hacer las cosas a prisa.