Irreverente

Les platico:

Estaba escrito que moriría leyendo.

Los primeros años de mi vida construí en tierra, la del suelo que mis primeros pasos pisaron.

Luego fue en madera, en una casa donde las pisadas de un cuarto se oían en el más lejano, que ni tan lejos estaba…

Nunca me han gustado las casas ruidosas, pero viví en varias de ellas.

Vamos”, me dije un día, “es hora de construir en piedra”.

Y cuando creí que había terminado de hacerlo, vino la reconstrucción, en piedra, claro, o al menos eso creí…

Me hubiera gustado escuchar decirle a alguien: “hay mucho futuro, no nos dejes”, pero uno es apenas una brizna en este inmenso pajar que él actual gobierno ha vuelto yesca.

Miles han muerto llamándose mexicanos.

México debe formarse e integrarse como un todo para honrarlos. Esa es la prioridad.

Mi paso por Inglaterra

Por alguna razón que antes no entendía pero ahora sí, mis últimas lecturas me han llevado a la historia de Inglaterra, al origen de por qué se le llama a esa isla el Reino Unido, formado en sus orígenes por Wessex, Mercia, Anglia Oriental y Northumbria. Aethelstan fue el primer rey de Inglaterra y lo fue siendo muy joven durante 15 años.

Pero el hombre que hizo a ese reino fue Uhtred, glorificado como el mayor guerrero de aquella era.

Y devorando estas historias en un libro de papel, llegué a las Crónicas Anglosajonas, que describen la batalla donde ocurrió la mayor matanza a filo de espada de toda la isla: Brunanburh, en el año 937 DC.

Ese lugar se encuentra en un punto entre los ríos Dee y Mersey, cerca de Bebington.

Paradójicamente justo donde ocurrió esa brutal batalla -que no arrojó prisioneros de guerra pues los derrotados fueron todos pasados a cuchillo- es hoy un campo de golf que lleva el nombre de dicha población, a 10 kilómetros de Liverpool.

Mi compañero en el que fuera mi primer viaje a Europa en el año de Dios de 1980, Fito Franco, QEPD, no podía creer cuando llegamos a Liverpool, que antes de ir a The Cavern Club, donde nacieron los Beatles, yo haya insistido -y logrado- que fuéramos a Bebington y específicamente al campo donde se enfrentaron los monarcas anglosajones a la coalición de los reinos escandinavos del norte.

Me gusta la música, de hecho tengo dos hijos que son músicos de conservatorio, pero puede más en mí el espíritu guerrero que heredé de mis ancestros.

Aquí, cuando no estamos en guerra, hacemos flechas

No en balde, en las bárbaras tierras del norte donde nací, cuando no estamos en guerra, nos entretenemos haciendo flechas.

Y con Inglaterra en mente, tocando a México con mi corazón, te pregunto: ¿Te importo? Anda, dime la verdad. ¿Te importo?

¿Por qué esgrimes siempre tu razón contra la mía? Aquí donde estamos no es Brunanbruh.

Aquí ni siquiera tiene que haber prisionero de guerra alguno.

Eso de luchar para que nuestra razón le gane a la de otros, es mortal por necesidad.

Hay quienes hasta con el último aliento de su vida defienden la razón que juran tener.

¿La razón de uno muere, teniendo que matar forzosamente a la de otro?

Si alguien me preguntara hoy ¿y por qué yo estoy viva y tú vas a morir? Le respondería: solo los tontos quieren entender al destino.

Con tantos míos que se han ido, a veces me pregunto si de verdad estoy vivo.

Entonces, no te afanes tanto en olvidarme o sacarme de tu vida. Quizá la muerte te esté haciendo ese favor.

No me des el poder de ser causante de tus desgracias.

El sueño une a aquellos que despiertos quieren destruirse

A veces intentamos ayudar pero sólo podemos dar consuelo.

No solo me apoyaste, me defendiste, pero yo quería que me perdonaras cuando a tus ojos era imperdonable.

Los que tienen una espada en el cuello no tienen de otra que tomar una decisión.

Pero, como dijo el Coronel Aureliano Buendía: uno no se muere cuando quiere, sino cuando puede.

¿Sabremos enfrentamos a la derrota?

Ningún guerrero muere en tiempos de paz y hoy estamos en guerra...

Una cosa me queda clara hoy: Todo lo que suframos protegerá a los que amamos.

CAJÓN DEL SASTRE DE PANAMÁ

“…”