Quien mucho se despide, pocas ganas tiene de irse.

Aunque dicen que en política todo se vale, las constantes amenazas de que “ya me voy” y los suficientemente absurdos y desgastantes shows mediáticos del senador Ricardo Monreal empiezan a cansar a los probables electores, que saben de antemano que el  morenista no tiene ni de lejos oportunidad de figurar para ser candidato a la Presidencia en el 2024 por su partido.

Ver todos los recursos que Monreal ha agotado causan decepción.

El senador no tiene, desde mi óptica, necesidad de armar tanto “dengue”, “pancho” o melodrama, para llamar la atención, pues es una persona preparada, inteligente. A menos, eso se cree en un sector diminuto de su partido. Incluso, eso llegué a creer yo misma antes de verlo suplicar por la libertad de un político pillo, muy venido a menos y de muy mala fama aquí en Veracruz: José Manuel del Río Virgen.

Ya después, se recomendó solo.

No lo quieren en Morena porque él mismo se ha puesto la etiqueta de mal querido, echando tierra al partido y menospreciando el trabajo de  quienes, según él, tienen el amparo presidencial para ser candidatos en la contienda presidencial venidera.

Pero pese a todo, ahí se queda.

Hoy desperté con la inquietud, y sí, lo acepto, con el morbo de ver si después del Martes del Jaguar había agarrado sus maletas y renunciado al partido, pero ahí sigue.

Es cierto que los argumentos de Layda Sansores fueron blandengues, tibios y le faltó la fuerza para echarlo a correr, pero aunque hubieran sido más fuertes o poderosos, tampoco se iba.

A Monreal no le hizo nada el jaguar porque no se quiere ir, espera a que lo corran para victimizarse, punto.

Y a donde se vaya, si es que tiene a dónde, tampoco ganará la Presidencia porque ha tomado el camino equivocado: el de la descalificación, el del escándalo.

No hay que subestimar tanto a los electores pensando que con argüendes se logra ganar. Mucho menos cuando se enfrenta a personajes de la talla de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, cuyo trabajo mata grilla.

Faltan aún varios meses para que tengamos candidatos a la Presidencia del país y desde ya Monreal está fuera de la lista. Esperemos si después otro manotazo del jaguar lo logra echar a correr pero hoy ahí sigue levantando la mano en espera que otro partido lo arrope o que en Morena se “rectifique”  para sentarse en la silla presidencial.

Soñar no cuesta. Puede sacar su turno y esperar.