A Miguel Herrera se le cesó de la Selección Mexicana después de salir campeón de la Copa Oro 2015, por un supuesto “acto de violencia y barbarie” hacia un conductor de la televisión mexicana. Sabido es.

Pero aquel “hecho deleznable” no constituyó en siquiera golpe o rozón alguno. Uno, porque no existe video o fotografía que avale que un sólo movimiento de Herrera lastimó al frágil comunicador. Por otro, porque cualquiera que haya pasado por un aeropuerto en los Estados Unidos, sitio dónde acontecieron los citados y siempre magnificados hechos, sabe que en dichas terminales, máxime desde los atentados en setiembre del 2001, todos los ahí presentes son vistos por las autoridades como potenciales peligros de muerte; imposible pensar en comportarse de forma violenta sin que haya serias consecuencias con las ubicuas autoridades gringas.

Bien, me gustaría recordar aquí que, en un principio, cuando ante la incredulidad de todos, el candidato no era un DT mexicano ni tampoco uno que tuviera los méritos en nuestro balompié para hacerse acreedor al honor de un tan alto cargo. Se llegó a mencionar, en algún noticiero de radio, la supuesta existencia de un altísimo monto de dinero contenido en el contrato de Osorio, en la cláusula de rescisión del charlatán entrenador colombiano en el Sao Paulo brasileño, club que dirigía cuando fue fatalmente escogido por los “brillantes” directivos de nuestro futbol. Osorio tan solo tenía un brevísimo paso por México: dirigiendo al Puebla en el torneo Clausura 2012, donde de 11 partidos disputados tan solo pudo ganar dos, agravando los problemas del cuadro de la franja en la tabla.

Nunca se volvió a mencionar ni una palabra de dicha cláusula de rescisión, que casualmente al día de hoy no queda rastro alguno; también y de forma casual (¿o causal?) la negociación con el Sao Paulo, Osorio y los directivos de selecciones nacionales de la Federación Mexicana de Futbol se alargaron inusualmente más de la cuenta; “faltan algunos detalles”, se limitaban a repetir las partes.

Lo cierto es también que Osorio, que resultó ser un personaje más que taimado, siniestramente ambicioso y corrupto, recientemente fue demandado por un promotor de futbolistas, por pretender y/o cobrar jugosas comisiones en el traspaso de futbolistas de Club a Club, esto antes de ser el DT de la Selección Mexicana. Amenazas de muerte vía extorsiones incluidas en uno de los casos. Osorio salió del cargo al frente de la Selección de Paraguay, donde solo dirigió un partido (contra Sudáfrica, empatándolo a un gol).

Ante todo esto, y conociendo que al mexicano no se le da nada mal aquello de los negocios chuecos, cabe de sobra la suspicacia de que en realidad haya existido dicha cláusula de rescisión en el Sao Paulo, y que se haya negociado, mediante el entonces director deportivo de selecciones nacionales, su pago con los respectivos “moches”, como beneficiarios altos directivos mexicanos y el propio Osorio, de ahí la tardanza en “afinar detallitos” (sic).

Juan Carlos Osorio sólo ha cosechado éxitos en el Club NACIONAL del país cafetalero (Colombia), donde ha ganado seis de los siete títulos que tiene en toda su carrera. ¿”Un burro que tocó la flauta”?, todo parece indicar que sí, porque en su paso por la Selección Mexicana no ganó absolutamente nada, al contrario, regresaron los fantasmas de las goleadas que no acontecían desde 40 años atrás, cómo el tristemente inolvidable 7 a 0 ante Chile en Copa América. Descalabros en los cuales, curiosamente el narrador que se creía con el poder de tumbar DTs del banquillo mexicano nunca dijo ni pío, a diferencia de lo que ya se le había hecho una costumbre, y en la que lamentablemente se nota si tenía una influencia real, que se demuestra en el video que se muestra al final del presente texto. En el caso de Juan Carlos Osorio, Martinoli siempre calló como una tumba, responsabilizando solo a los jugadores; videos de todo esto, sobran en internet.

Algunos aficionados villamelones dirán que con Osorio como timonel “se le ganó a Alemania en un Mundial”, pero deberíamos reflexionar que fue a la peor selección teutona de toda la historia, y que sólo calificamos a segunda ronda gracias a Korea del Sur, al ganarle (precisamente a Alemania) con aparente facilidad, y a su vez México a Korea gracias a un penal que facilitó el trámite de ese partido.

Ya en el tema de Alemania, sin duda potencia mundial en prácticamente todo tópico, incluido lo que aquí nos atañe, el futbol ha tenido desde el año 1950 a la fecha a tan sólo diez entrenadores, en el mismo lapso México... vamos, ni siquiera me interesa avergonzarme conociendo el dato.

La continuidad es algo que en el futbol mexicano simplemente se desconoce; lo que sí conocemos y de sobra son tres cosas: el cortoplacismo, la corrupción y el malinchismo. México perdió pues, gracias a las calenturas por cortar abruptamente la cabeza de entrenadores del TRI, dos ciclos mundialistas que se debieron concluir: el de Hugo Sánchez a Sudáfrica 2010 y el de Miguel Herrera a Rusia 2018. La historia de lo que en realidad se decidió la conocemos ya de sobra...

Ginés Sánchez en Twitter: @ginesacapulco