Al inicio de la pandemia, muchos grupos de mujeres decidieron organizarse para poder afrontar los estragos que los despidos, las “vacaciones” no pagadas, el encierro, los contagios y el freno económico que la COVID-19 provocó.

En redes sociales nacieron grupos de “Trueque feminista” en los que, por colonia, zona o líneas del metro, se intercambiaban todo tipo de productos y bienes de primera necesidad. Algunas madres ofrecían ropa a cambio de leche, otras pedían latas de atún a cambio de papel, unas cuantas más ofrecían productos artesanales a cambio de despensas o por una cuota solidaria.

Las detenciones por parte de elementos adscritos a la Secretaría de Seguridad Ciudadana se hicieron presentes en Pino Suárez y Zócalo. Después de todo, la tentación punitivista sólo fue controlada por las instrucciones de quienes entendieron que la pandemia recrudecía la violencia económica que, por décadas, ha explotado a las mujeres -más a las madres solteras- empobreciéndolas estructuralmente.

En varios puntos, las mujeres decidieron protestar instalándose en puntos estratégicos para ofrecer ropa reparada, jabones, cremas y cualquier cosa que les permitiera salir adelante. La crudeza ha durado ya más de un año.

Ex candidato ejerce violencia vs las mujeres afectadas por la pandemia

En Parque México, La Banda Lavanda ha ofrecido además talleres gratuitos y actividades culturales, educativas e interactivas. Hoy sufren una afrenta que cae en la represión y la violencia: Rafael Guarneros, quien fuera candidato independiente para competir por la alcaldía Cuauhtémoc el pasado 6 de junio, junto con otras personalidades de la derecha, han convocado a un grupo de vecinos a impedirles realizar actividades de protesta y recreación.

Entre arrendatarios y vecinos de la Condesa, junto con grupos que no son conocidos en la zona, les han impedido realizar como cada fin de semana, las actividades de protesta feminista e intercambio necesario para la subsistencia de aproximadamente 60 familias.

El privilegio citadino de la zona, tan carente de conciencia social y solidaridad, ha inventado también bastantes cosas que han tenido el eco de cualquier influencer blanco con poder para convocar a medios, despotricar y destruir personas.

Cabe recalcar que, a decir de verificadores con credencial de la propia alcaldía, los lugares son cobrados como “plazas” a quienes quieren vender artículos como correas para perro, baños caninos express invadiendo vía pública colgados a “diablitos” para evitar el pago de luz y todo tipo de actividades deportivas.

Hoy, las “mercaditas feministas” requieren intervención urgente de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, de la alcaldesa electa, Sandra Cuevas y del alcalde que actualmente administra el espacio, Néstor Núñez.

La criminalización de la protesta, violencia machista, agresiones verbales así como el impedimento de uso del espacio público por quienes no son siquiera autoridades, no puede continuar.

Todas de ellas, feministas autónomas y autoconvocadas, enfrentan lo peor: la cepa DELTA, la difamación de colonos agresivos y el semáforo sin buen retorno para la estabilidad económica.

Hoy se requiere #ApoyoALaMercadita y resistencia: bajo el supuesto argumento de que hay uso de cannabis en el lugar, se ha estigmatizado y violentado mediáticamente a las mujeres que protestan. Ni marihuana ni nada: las feministas existen porque resisten y merecen justicia, seguridad, espacios libres de violencia.

Mercadito Feminista