“Pecuniam habens, habet omnem rem quem vult habere”... “si tienes dinero, tienes todo lo que vale la pena tener”.

Dice el tango que el dinero es “metal sin corazón”. Y es que nada hay más lamentable que echar a perder la vida, la “pobre vida que se va, se va” en discusiones absurdas por el dinero que es “maldito como el grito de desprecio de quien tuvo, por tu precio, que vender su corazón”.

El origen sumerio

Uno de los más destacados economistas de la historia, Carl Menger —fundador de la llamada escuela austriaca—, en alguno de sus escritos dijo que “no contamos con una satisfactoria teoría del dinero”. Estoy de acuerdo con él: realmente no lo entendemos, pero cuánto lo necesitamos y, también, cuánto nos divide y destruye.

En su ensayo El origen del dinero, Menger cita la expresión en latín que encabeza este artículo y que sintetiza a la perfección el sofisma que está en el origen del problema: “Pecuniam habens, habet omnem rem quem vult habere”, es decir, “si tienes dinero, tienes todo lo que vale la pena tener”. ¿En serio todo lo verdaderamente valioso solo se adquiere con dinero?

Sin duda, el dinero, para justificarlo o maldecirlo, resulta fundamental hasta en las disquisiciones espirituales. No por nada, tal palabra —o sus sinónimos: oro, plata, riqueza, etcétera — es quizá la más mencionada en la Biblia.

Hay quienes piensan que el dinero es tan antiguo como la civilización y, según entiendo los argumentos de Eduardo Garzón, no surge como una especie de continuación o perfeccionamiento del trueque. Este doctor en economía, @edugaresp, dio una amplia explicación en Twitter acerca de tal hipótesis. Lo hizo a partir de criticar al austriaco Menger:

“La explicación de los antropólogos para el origen del dinero es que este no fue nunca un objeto sino una magnitud que inventaron los burócratas en los templos de Sumeria, sobre el cuarto milenio antes de nuestra era, para poder medir los pagos que tenían lugar en su seno”.

¿Sumeria? Es decir, la primera civilización del mundo. Pienso que solo hay algo tan antiguo y tan civilizado, para bien y para mal, como el dinero: los refranes y lo expresado en las canciones populares, que a veces explican más que las principales teorías de las ciencias sociales.

Partamos de esta tesis: “Hombre refranero, hombre de poco dinero”. Hombre o mujer, desde luego. Y es así porque, a diferencia de casi todas las otras personas, quien sabe guiarse por el refranero, como dice el refrán, normalmente es alguien sin excesiva riqueza. En esta discusión no tener dinero aporta objetividad en el análisis.

Así que acudamos a 10 refranes para entender el arrogante reto lanzado por el Instituto Nacional Electoral: el de que, si no se le da más dinero, no organizará la votación de revocación de mandato, aunque se junten las firmas exigidas para ello.

  • 1. Poderoso caballero es don dinero. Pero, ¿tan poderoso como para generar una crisis política enorme? ¿No puede el INE instalar las 162 mil casillas sin capacitar a cinco ciudadanos por casilla? ¿No bastaría con solo dos?
  • 2. Con dinero o sin dinero yo hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley. Este no es un refrán tradicional, pero como si lo fuera. Se trata de una joya de la filosofía occidental; de José Alfredo Jiménez, sí, precepto que todas las personas realmente emprendedoras aplican en sus negocios cuando enfrentan problemas financieros: simple y sencillamente se las arreglan para ser eficientes y hacer los mismo con menos dinero. Está bien, la ley exige que se instale igual número de casillas que en la anterior elección federal, pero seguramente no es obligatorio capacitar a 12 millones de personas como en los comicios del pasado verano. Con la tercera parte puede ser suficiente. Y así se pueden lograr muchos otros ahorros. Con ganas de ser eficientes en la austeridad, pueden los consejeros y las consejeras electorales llegar a la meta de un ejemplar proceso de revocación; es algo perfectamente al alcance de los funcionarios del INE —en especial de su consejero presidente, Lorenzo Córdova—, ¿o de lo que se trata es de sabotear tal consulta ciudadana para culpar a AMLO y a Morena y, de esa manera, beneficiar a los partidos de oposición?
  • 3. Cortesía de sombrero, hace amistades y no cuesta dinero. Para salir del problema el INE debería amenazar menos y ser más amable al pedir apoyo a otras instituciones del Estado —desde luego con la refinada educación que el tema amerita—, para de esa manera superar las dificultades implícitas en la escasez de recursos.
  • 4. Dios mío ¡quítame lo pobre! que lo feo, con dinero se me quita. ¿El INE, de plano, solo se viste con la ropa de la democracia si la paga con dinero? ¿Es así, señores consejeros Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y Jaime Rivera? ¿Solo con dinero pueden quitarse la fea fama que tienen —al menos en los sectores de izquierda— de poco demócratas porque durante años han trabajado intensamente contra Andrés Manuel y su movimiento político?
  • 5. Con dinero baila el perro. Es decir, ¿sin dinero no brincan, señoras y señores del INE Adriana Favela, Edmundo Jacobo Molina, Norma de la Cruz, Uuc-kib Espadas, Martín Faz, Carla Humphrey, Daniela Ravel, José Roberto Ruiz, Beatriz Claudia Zavala? ¿Tan barato se cotizan? ¿Son tan vulgares como Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y Jaime Rivera?
  • 6. Del que tiene dinero suenan bien hasta los pedos. Una pena que el consejo general del Instituto Nacional Electoral solo se perfume con miles de millones de pesos. Una pena, sí, triste caso.
  • 7. El dinero, al ignorante lo hace necio y petulante. No han comprendido en el INE que su exigencia de demasiado dinero para cumplir con la ley a sus integrantes les resta prestigio, y mucho.
  • 8. Honra y dinero no caminan por el mismo sendero. Si los consejeros y las consejeras electorales se niegan a organizar el proceso de revocación solo porque no se les cumple el capricho de tener demasiado dinero, perderán la poca o mucha dignidad que poseen; serán, a partir de ese hecho, personas socialmente despreciables, por chantajistas.
  • 9. Tengo dinero en el mundo, dinero maldito que nada vale. Si la consulta de revocación fracasa porque el INE no le alcance el talento para organizarla con menos dinero, los integrantes del instituto habrán traicionado a la democracia. Se igualarán con el consejo del IFE de 2006, al que le sobró dinero para organizar un fraude electoral.
  • 10. Si bien me quieres, bien te quiero: no me hables de dinero. Si el INE insiste en su necedad de solo poder trabajar con abundancia de recursos, tal refrán lo utilizará el pueblo de México para responder, con energía, a consejeros y consejeras electorales; un pueblo ya organizado para conseguir las firmas que el proceso de revocación exige. Pueblo que esta vez no está solo ya que lo acompañan funcionarios públicos con fuerza política, como los gobernadores y las gobernadoras de izquierda, a saber: Indira Vizcaíno, de Colima; Alfonso Durazo, de Sonora; Rubén Rocha, de Sinaloa; Cuitláhuac García, de Veracruz; Miguel Ángel Navarro, de Nayarit; Claudia Sheinbaum, de la Ciudad de México; Alfredo Ramírez Bedolla, de Michoacán; María del Pilar Ávila, de Baja California; David Monreal, de Zacatecas; Evelyn Salgado, de Guerrero; Lorena Cuéllar, de Tlaxcala; Miguel Barbosa, de Puebla; Carlos Merino, de Tabasco; Víctor Manuel Castro, de Baja California Sur; Layda Sansores, de Campeche, y Rutilio Escandón, de Chiapas.

No está solo

Si el INE insiste en tanta agresividad, en la que es casi una guerra contra el presidente de México que solo le aplaude la derecha evidentemente interesada en destruir a Andrés Manuel, entonces, lógicamente, los grupos de izquierda se movilizarán. No es una fuerza menor; el INE no necesita, tampoco le conviene, tenerla en contra; todo lo contrario, la autoridad electoral debería verla como aliada en la tarea de que se realice, sin problemas, un ejercicio democrático de gran relevancia, el de la revocación de mandato, que sin duda deberá perfeccionarse en el futuro, pero que debe iniciar ya, desde luego sin conflictos generados por dinero, dinero y dinero, “metal sin corazón” como lo llama el tango de Enrique Delfino y Cátulo Castillo. Y es que nada hay más lamentable que echar a perder la vida, la “pobre vida que se va, se va” en discusiones absurdas por el dinero que es “maldito como el grito de desprecio de quien tuvo, por tu precio, que vender su corazón”. Recomiendo este tango, es lindo y a la vez muy triste: