IRREVERENTE

Les platico:

El poder siempre es peligroso porque atrae a los peores y corrompe a los mejores.

Viendo en acción la “arena romana” en que se convierte una vez más la escena política mexicana, no me queda duda de que el poder solo se les da a aquellos que están preparados para agacharse lo suficiente para recogerlo.

En medio del conflicto desatado en Nuevo León porque tres alcaldes se le levantaron “en armas” al gobernador Samuel debido al tema del Metro, y atizada la metralla por éste último, llega Marcelo Ebrard a jalar agua hacia su molino y se descose en promesas, que jura cumplirá si llega a ser presidente y lo apoyamos, obviamente.

Salones de enanos

  • Eso son los chats que saturan la “comunicación” de nuestros días, donde a las tránsfuga del anafre se les queman los frijoles por andar en el argüende de las redes sociales.
  • Donde a los “buenos hombres” y a sus “matoncitos de sololoy” les queda chico el mundo para llenar de leperadas y vulgaridades esos foros donde todavía quedan una que otra dama y muy poquitos caballeros.
  • Esos son también los partidos políticos, donde las palabras no ganan las campañas, pero sí las campañas.
  • Lo son por igual las mañaneras, donde además de enanos hay eunucos, de un lado y del otro del púlpito que adorna el Salón Tesorería.
  • Y finalmente, lo son también las oficinas y las caballerizas, donde burócratas y militares degradan sus oficios al convertirse en arrastrados pajes del “soberano” y en viles saltimbanquis que de un partido brincan a otro y a otro y a otro, para buscar cobijo a sus miserias ideológicas, producto de áridos cerebros desamueblados.

La muerte siempre se presenta sin remordimientos.

A todos éstos, su “muerte” como activistas sociales o políticos los cogerá desprevenidos.

Para morir no se necesita ser pecador.

Pero éstos han pecado diamadre, a destajo y a mansalva, al llevar a los ilusos por la ruta más tétrica que en el mundo puede haber:

De la emoción a la devoción y de ahí, a la decepción.

Garabato para Plácido Garza

Cajón de sastre

“...”