Santiago de Chile, 27 feb (EFE).- "En 1982 la guerra de Las Malvinas salvó la carrera política de la primera ministra Margaret Thatcher, pero mató a muchos británicos y argentinos", se lamentó hoy el músico inglés Roger Waters, exlíder del legendario grupo Pink Floyd.

En conferencia de prensa celebrada en la capital chilena, Waters, que los días 2 y 3 de marzo dará sendos conciertos dentro de la gira "The Wall Live", realizó un firme alegato contra las guerras y la pobreza en el mundo y criticó severamente el capitalismo.

"Me di cuenta que cuando hice este show hace 32 años, era sobre mí, pero ahora veo que es algo mayor, que es para toda la gente que está contra la guerra. Abarca temas amplios y es la lucha de las personas contra el autoritarismo", confesó.

Vestido con jeans y camiseta negra y luciendo un buen semblante, el otrora ícono del rock psicodélico se sometió con humor y simpatía a la batería de preguntas que durante una hora le hicieron los periodistas que abarrotaban el salón de un lujoso hotel santiaguino.

Miembro fundador y compositor principal del legendario grupo Pink Floyd, Waters trae a Chile un espectáculo multimedia basado en el disco "The Wall" editado en 1980 considerado por la crítica una verdadera "ópera rock".

Acerca de los conciertos que dará este fin de semana en Santiago, que preceden a cuatro actuaciones seguidas en Argentina, Waters confesó que "no habrá nada en particular respecto a los movimientos sociales, pero si será un show político".

"Aquí hay gente que quiere igualdad en la educación y eso yo lo entiendo", señaló el músico británico al ser preguntado por las protestas que los estudiantes chilenos protagonizan desde hace un año en demanda de una mejora de la calidad de la enseñanza y la gratuidad de las matrículas.

El exlíder de Pink Floyd echó mano del humor en varias ocasiones a lo largo de la conferencia de prensa, como cuando respondió con un sonoro ronquido a la pregunta de si había alguna posibilidad de que los integrantes de la banda británica volvieran a tocar juntos.

"Están obsesionados con el tema", les soltó un risueño Roger Waters a los periodistas.

Confesó que revisa minuciosamente cada detalle de su espectáculo, a veces incluso después de un concierto, cuando la adrenalina de la actuación le impide conciliar el sueño.

De hecho, sus técnicos estuvieron hasta bien entrada la madrugada de este lunes revisando el espectáculo de luces en el Estadio Nacional, y el propio Waters tenía previsto hacer lo propio "en cuanto se ocultara el sol".

Para su gira por Latinoamérica tuvo que rediseñar el espectáculo, pensado inicialmente para espacios cerrados, como pabellones polideportivos, y no para recintos al aire libre como los estadios de fútbol de Suramérica en los cuales montará el escenario.

Waters, que llegó a Santiago el pasado viernes, dijo que está "feliz de ser tan popular" en estas tierras.

"No tiene nada de malo ser tan popular, para nadie es un secreto que la audiencia suramericana es mi favorita", enfatizó.