Montevideo, 19 mar (EFE).- El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y el Secretario General Iberoamericano, Enrique Iglesias, señalaron hoy en Montevideo que la globalización desafía el trabajo de las cancillerías y que por tanto los diplomáticos deben prepararse para trabajar bajo esas nuevas circunstancias.
Los altos funcionarios internacionales se expresaron así durante la inauguración del IV Curso de Alto Nivel "Globalización, ciudadanía y diplomacia", destinado a diplomáticos latinoamericanos e impulsado por las Naciones Unidas que arrancó hoy en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay.
Durante el acto, que también contó con la colaboración de la Secretaría General Iberoamericana (Segib) y la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (Aecid), Iglesias defendió la formación de los diplomáticos en el nuevo contexto mundial por el simple hecho de que "ya hay dinámicas globales y transnacionales en la gobernabilidad internacional que condicionan la acción de los Estados".
"Nos guste o no, son productos de la misma globalización y es difícil hoy hacer una política exterior sin tener una percepción y hacer una valoralización de lo que está pasando en ella", dijo Iglesias.
El funcionario razonó que todos los países están hoy día condicionados por esa circunstancias y que por tanto deben disponer de políticas públicas globales que permitan manejarse en ese nuevo tejido internacional, lo que necesariamente pasa por formar a los diplomáticos.
Además, Iglesias alertó sobre el "fenómeno" de la transferencia del poder económico del mundo hacia Asia, lo que tendrá tremendas implicaciones en la gobernabilidad porque va a cambiar "la estructura de los grandes actores en la historia de la humanidad".
En ese mismo sentido, el hecho de que América Latina sea también un poder emergente en el mundo occidental, también obliga a afrontar a los diplomáticos con nuevos ojos la situación del mundo.
"Hay que conocer, debatir y contrastar que modelos hay detrás de estos cambios. Y como se están evaluando estos cambios", razonó.
Por su parte, Insulza recordó como ha cambiado el trabajo de la diplomacia en las últimas décadas debido a la globalización, que cambió tanto las formas como los temas que terminan bajo la responsabilidad de las Cancillerías.
"La política internacional se mete cada vez más dentro de la vida de los Estados. Temas internos pasan a ser temas universales. Transporte, normas de las telecomunicaciones, tratados comerciales. Al final se supone que tienen que haber un tipo de profesional que sin prejuicio de especializaciones debe saber lo suficiente para manejar estas cosas si es llamado a ello", indicó.
Así, el diplomático chileno consideró que la forma en que cambió la actividad diplomática es "fascinante", además de "altamente demandante".
"Han cambiado los actores, ahora hay empresas, Ongs, parlamentos, entidades privadas que tienen un PIB superior a muchos Estados del mundo, pero la política exterior de los Estados y Gobiernos siguen siendo fundamentales", apuntó.
Como Iglesias, Insulza reconoció también que el crecimiento político y económico de América Latina también está multiplicando "las acciones y demandas" de las cancillerías de una región que se está convirtiendo en "una especificidad".
"No somos ya enteramente parte del tercer mundo, pero tampoco somos parte del mundo desarrollado. Nos reconocemos vinculados entre nosotros, pero tenemos una identidad propia en el mundo que tenemos que ser capaces de aprovechar, y eso nos pone más condiciones", concluyó.


