Naciones Unidas, 27 feb (EFE).- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, restó hoy credibilidad al referéndum constitucional celebrado el domingo en Siria, al considerar que la situación de violencia y represión deslegitima la consulta popular.

"Aunque una nueva Constitución y el fin del monopolio político del partido Baaz en el poder podrían ser parte de una solución política, un referéndum debe celebrarse en condiciones libres de violencia e intimidación", aseguró ante la prensa el portavoz de Ban, Eduardo del Buey, en la sede central de la ONU en Nueva York.

El máximo responsable de la ONU considera que una consulta como la organizada por el gobierno del presidente Bachar Al Asad para que los sirios votaran a favor de una nueva Constitución es "difícilmente creíble en un contexto en el que prevalecen la violencia y las violaciones masivas de los derechos humanos".

"La prioridad en Siria ahora debe ser que se detenga toda la violencia. Solo esa situación permitirá que se inicie un auténtico proceso político que responda a las aspiraciones democráticas de los ciudadanos", añadió Del Buey.

La celebración del referéndum no ha supuesto una tregua en la ola de violencia en Siria y este lunes al menos otras 50 personas murieron, la mitad de ellas en la provincia central de Homs, en una renovada ofensiva de las fuerzas de seguridad sirias, según informó la red opositora Comités de Coordinación Local.

Según fuentes oficiales, el 89,4 por ciento de los sirios votó a favor de la nueva Constitución frente al 9 por ciento que la rechazó en el referéndum, en el que participó el 57,4 por ciento de los cerca de 14,5 millones de personas con derecho a ejercer el voto.

La nueva Carta Magna permite a otros partidos, además del gobernante partido Baaz (en el poder desde 1963), designar a sus candidatos para la presidencia, que queda limitada a un máximo de dos mandatos de siete años cada uno.

Esas nuevas condiciones entrarán en vigor, sin embargo, a partir de las próximas elecciones, previstas para 2014, lo que permite que Al Asad pueda seguir en el cargo durante 16 años más, hasta 2028.

La Liga Árabe pidió el pasado enero la salida del poder de Al Asad dentro del plan que ideó para lograr el fin de la violencia en Siria y que obtuvo el respaldo mayoritario de la Asamblea General de la ONU, pero el presidente sirio se niega aceptarlo y la violencia continúa en el país árabe.

El portavoz de la ONU también indicó hoy que el organismo internacional todavía trabaja en los detalles de la misión del enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe a Siria, Kofi Annan, por lo que no existen todavía detalles concretos.

Además aseguró que la responsable de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) del organismo, Valerie Amos, está esperando "una reacción del Gobierno sirio" a sus planes de visitar el país para evaluar la situación humanitaria sobre el terreno, tal como le ha pedido Ban Ki-moon.

Entre tanto y mientras sigue la violencia, el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU considerará este martes en Ginebra un nuevo texto de condena a Siria por "las sistemáticas violaciones de los derechos humanos" en una resolución que también urgirá a Damasco a autorizar la entrada de ayuda humanitaria.