LO CLARO. Fomentar y desarrollar la educación, no solo es abrevar en las aulas la información y atesorarla.

Para generar nuevo conocimiento y contribuir al entorno en mejoras al engranaje productivo, es necesario que exista investigación.

Hemos sido reiterativos que los países que avanzan y las sociedades que mejor evolucionan, son las que apuestan capital a la investigación.

Las nuevas patentes, la curiosidad de la ciencia sumada al aprendizaje, dan como resultado mejoras a la forma de vida que conocemos.

Así la Universidad Autónoma de Tamaulipas conmemora cada otoño el “Día del Investigador”. Con el objetivo de formar desde la inquietud y curiosidad, las ganas de descubrir nuevos elementos a partir de la niñez, para transformarlos precisamente en aportaciones a su núcleo de vida.

“Ciencia para la sociedad: observa, experimenta y aprende” es el tema central de este 2020, al que la pandemia COVID pone a prueba los talentos de los educandos.

LO OSCURO. Y mientras la ciencia avanza y contribuye a generar oportunidades de crecimiento, la política contrasta. Y más los políticos.

Se aprecia de primera instancia, simplista –por no decir tonto- el título de esta entrega.

Pero comparemos con las circunstancias que nos rodean y ‘juzguemos’ entonces.

No es del interés colectivo saber a qué colores de partido o qué corrientes políticas son los que gobiernan municipios, estados o la nación.

A los ciudadanos nos compete señalar por igual a quienes representan cualquier ámbito. El color será lo de menos.

Y así, una funcionaria de primer nivel apunta respecto al agua empantanada de la obra en construcción Refinería ‘Dos Bocas’ en el sur del país (sic) “-En media hora se seca” con la evidente anegada hídrica que trastorna debido a la mala planeación, con costo –también obvio- a las arcas que se sustentan con impuestos públicos.

Así el teatro de las pantomimas políticas.

El tema de la semana, aunque hubo mucha tela para abundar, lo encabeza la ‘consulta pública para juzgar a expresidentes de la república’.

Hagamos una analogía teatral con la propuesta, que tuvo emulo hace aproximadamente 2020 años.

Un gobernante, entrega a las multitudes a los reos de la semana para que aquellos escojan al que podrán lapidar públicamente y crucificar en su caso.

Uno es un ladrón consumado y otro un hombre que se decía a sí mismo profeta e hijo del Dios Mismo.

Mientras hablaba a la muchedumbre desde su púlpito gubernamental, el dirigente volteaba hacia su mujer señalando (sic): “Al pueblo… pan y circo”.

Justicia (que significa derecho, o lo justo) es dar a cada uno lo que le corresponde en derecho.

Donde el fundamento formal especifica que ese ‘dar’ les corresponde a personas o jueces especialmente designados y que son imparciales.

En la consulta pública se encuentran los nombres de Vicente Fox, Felipe Calderón, Carlos Salinas, Enrique Peña y Ernesto Zedillo.

Los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, fallaron seis a favor contra cinco de los once que la integran, para que proceda la consulta para llevar ante la justicia a los ex mandatarios.

Punto.

¿Cómo se presta este poder autónomo y representativo de la equidad a participar mediante juegos teatrales a la salvaguarda de la justicia en México?

La justicia es ciega.

¿Es culpable una persona? Si reúne los requisitos por los que debe ser llamado a cuentas, no debería existir un procedimiento de ‘atínele al precio’ para ver cuántas firmas dicen que se ve mejor pelón que con botas.

Hace tiempo una persona de nombre Netzai Sandoval, asentó su declaratoria contra Felipe Calderón en la Corte Internacional de La Haya, por crímenes de lesa humanidad.

Todo indica que tal querella procedió y se encuentra en desahogo. En su momento, aplaudimos y la opinión pública reaccionó respecto de tal enjuiciamiento.

No era objeto de concurso, sino de manejo de leyes. Ante las instancias correspondientes.

Hoy el juego absurdo al que se somete la justicia mexicana, denigra la capacidad y credibilidad de la dama ciega que blande la balanza y la espada.

Y nos empequeñece como nación, donde otros países dejarían de apostar sus capitales por temor a que en concursos macabros desconozcan la aplicabilidad de la real justicia. A cada quien lo que le corresponde.

COLOFÓN: ¿Que si la ciudadanía estaría de acuerdo en juzgar? Empezaríamos con Sarita…