México.- A unos días de la conmemoración del Día de las Madres, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), alerta que México ocupa el primer lugar en embarazos adolescentes entre los 35 países que la conforman.

De acuerdo con la organización Voz Pro Salud Mental Ciudad de México (VPSM CDMX), en 2015 el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) registró más de 400 mil nacimientos en madres con edades de 15 a 19 años, y más de 10 mil en menores de 15 años.

En conjunto, la suma en ambos sectores representa el 18 por ciento del total de nacimientos registrados dicho año.

De acuerdo con investigaciones del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” (INPRF), en México, el 70 por ciento de los embarazos en menores de 15 años se presentan en hogares rurales con ingresos menores a dos salarios mínimos.

Recalca que también se registran con mayor frecuencia en familias denominadas disfuncionales cuyos hogares se caracterizan porque la comunicación entre padres e hijos es poco eficaz o nula, o bien, en los hijos de quienes fueron a su vez madres adolescentes.

Otro factor que contribuye, es el bajo nivel educativo tanto de las adolescentes y sus padres, sobre todo vinculado a la deserción escolar, además de carecer de información sobre anticonceptivos, así como pensamientos de invulnerabilidad como que “a ellas no les pasará” o a un constructo social de que tener un hijo a temprana edad forma parte inminente de su “madurez”.

La organización alerta sobre los riesgos a los que se exponen las madres adolescente por la falta de consolidación de una independencia económica y afectiva.

Las madres adolescentes se encuentran expuestas a un mayor riesgo de parto prematuro, hipertensión, infecciones urinarias, anemia y mayor riesgo de muerte.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) adjudica como segunda causa de muerte en mujeres de 15 a 19 años a complicaciones derivadas del embarazo y el parto.

Los riesgos para los recién nacidos incluyen: bajo peso, malformaciones, nutrición insuficiente y mayor riesgo de muerte infantil durante y después del nacimiento, riesgos que se incrementan si la madre es menor de 15 años.

De acuerdo con el “Estudio de población sobre factores de riesgo en adolescentes mexicanas embarazadas y en la maternidad” que el INPRF realizó en 2012, indica que 1 de cada 5 madres adolescentes embarazadas era soltera.

En el 95 por ciento de los casos, las jóvenes embarazadas deserta de la escuela y limita sus posibilidades de conseguir un trabajo bien remunerado.

A nivel psicológico, el asumir las responsabilidades de un adulto, ocasiona a la madre una interrupción en su desarrollo emocional y su búsqueda de identidad, lo cual podría derivar en sentimientos de culpa, miedo, enojo, ansiedad o la pérdida del control de su vida.

Una de las consecuencias más fuertes para las adolescentes embarazadas es la depresión mayor que va del 3 al 24.7 por ciento según la etapa del embarazo o post-parto en la que se encuentre.

La enfermedad puede agravarse si estuvo precedida de experiencias traumáticas o de violencia, abuso sexual, episodios anteriores de depresión sin tratamiento, embarazo no deseado, deserción escolar, poco apoyo y comunicación por parte de su familia y pareja o el abandono de ésta, bajo nivel educativo y/o socioeconómico.

Otro estudio, “Depresión en adolescentes embarazadas” que se publicó en 2009, encontró que las madres solteras o divorciadas tienen mayor probabilidad de presentar depresión que aquellas casadas o en unión libre.

La mayoría de las jóvenes embarazadas con depresión no buscan ayuda por desconocimiento, por miedo al estigma que conlleva visitar un servicio de salud mental, por falta de tiempo o falta de recursos económicos.

En los casos más extremos, la depresión puede terminar en suicidio, además de que el bebé puede presentar falta de cuidados.