Ginebra, 24 feb (EFE).- El sistema de aceleradores del Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) ha vuelto a ser encendido tras más de dos meses de parada técnica, confirmó hoy a Efe el portavoz de este organismo científico.

De este modo, más de 5.000 científicos emprenden una nueva y decisiva etapa en la búsqueda del "Bosón de Higgs", una partícula hipotética en la que se basa el modelo estándar de la física moderna y que explicaría el origen de la materia.

"Los aceleradores están arrancando ahora, pero los primeros haces de protones no serán inyectados en el Gran Acelerador de Hadrones (LHC) hasta mediados de marzo y las colisiones seguirán hacia finales de ese mes", precisó el portavoz del CERN, James Gillies.

El LHC funcionará este año a una energía de 4 TeV (teraelectronvoltios) para que se pueda obtener el máximo volumen de datos posibles y establecer o descartar la existencia de la partícula de Higgs, llamada así por el físico Peter Higgs, quien la enunció en 1964.

El gran acelerador funcionó el año pasado a una energía de 3,5 TeV y se planeaba mantener esa potencia, pero el buen rendimiento de la máquina y la ausencia de problemas técnicos llevó últimamente a los responsables del CERN a decidir aumentar la energía en 0,5 TeV.

Con el volumen de datos que se reunirá de aquí a fin de año se llegará a una cantidad equivalente a 15 femto-barn inversos (Fv-1), lo que se considera suficiente para llegar a un resultado definitivo.

Durante 2011, los detectores ATLAS Y CMS -dos de los cuatro con los que cuenta el LHC y que están dedicados exclusivamente a buscar nuevas partículas, incluida la de Higgs- ofrecieron datos en los que los físicos vieron "señales" de la presencia de la también llamada "partícula divina", pero mantuvieron que la investigación debía continuar.

Se explicó que la "significación estadística" de esos resultados todavía no era suficiente como para confirmar la existencia del Bosón de Higgs, por lo que todavía se requieren cientos de miles de millones de colisiones adicionales de haces de protones para corroborarlo o eliminar esa posibilidad.

Los próximos meses serán cruciales también porque a fin de año el LHC entrará en una pausa de hasta dos años para un mantenimiento técnico profundo y que se realicen algunos cambios a la máquina que están pendientes.