México.- Todos los candidatos y aspirantes presidenciales “comparten el respeto a la democracia”, excepto el candidato de Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, escribió en un artículo del The New York Times, Enrique Krauze.

El escritor e historiador argumentó que el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha dicho que no cree en la democracia mexicana y no confía en el árbitro, el Instituto Nacional Electoral (INE), pues desde las elecciones de 2006 ha mostrado desdén por las instituciones de democracia liberal.

“Entre sus seguidores y él hay un genuino vínculo de fervor religioso que no es exagerado llamar mesiánico. Movido por esa convicción, López Obrador ha mostrado una inflexible intolerancia a la crítica de los medios e intelectuales”, continúa Krauze en su artículo.

En el artículo "¿The end of mexican democracy?" recordó que 1928 el presidente Plutarco Elías Calles declaró el fin de la era de los caudillos, "el país de un hombre", sin embargo, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se convirtió en una “monarquía absoluta con ropajes republicanos, con un nuevo rey cada seis años”. 

El historiador comentó que lo más preocupante de Obrador es “su actitud ante nuestras frágil democracia”, pues aunque sus defensores ejemplifican su labor como Jefe de Gobierno entre 2000 y 2005, en ese puesto “no tenía, ni remotamente, el poder absoluto que podría acumular en la presidencia”.

El artículo dice que si Obrador vuelve a apelar a movilizaciones populares y plebiscitos, no sería imposible que convocara a un nuevo Congreso Constituyente, anule la división de poderes, subordine a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y entidades autónomas (como el INE) y restringa a medios y voces críticas.

Sobre el PRI escribió que a finales de los 70s cada sexenio estuvo manchado de corrupción, lo que le hizo perder la elección en el 2000 y en julio próximo  merece perder por haber incurrido en esos actos.

Acerca del candidato Ricardo Anaya, Krauze dijo que si llega al inicio formal de las campañas el 30 de marzo -después del caso de lavado de dinero por el que se le acusa- podía resultar un candidato competitivo.