Cuando le pregunté a Pedro Valtierra sobre la presencia de la muñeca tetona en la imagen de los intelectuales mexicanos con el presidente Carlos Salinas de Gortari, el fotoperiodista me confesó que no sabía con exactitud el por qué de la presencia de tan misteriosa figura en su fotografía.

“Pienso que la muñeca estaba en el sillón, y cuando llega León García Soler la levanta y entonces la pone en sus manos. Pero finalmente la muñeca le da carácter y énfasis a la foto y la hace interesante”, explica.

¿Qué hace esa muñeca ahí?, ¿cómo llegó?, ¿quién la trajo?, ¿de quién es? o ¿quién la hizo? son preguntas que Valtierra recomienda hacerle a Iván Restrepo, anfitrión de la reunión.

Por su parte, el escritor y periodista Fabrizio Mejía considera que, como la fotografía fue tomada en la casa que Restrepo compartía con la fallecida promotora cultural Margo Su, “podemos pensar -dice Mejía- que el arte de la casa, los adornos de la casa, tenían que ver con sus preferencias sexuales, en lo que ellos creían, a nivel de lo que les excitaba”. Margo Su publicó en esos años un libro sobre el sadomasoquismo titulado Alta infidelidad.

Salinas de Gortari, el invitado de la cita, se pregunta también sobre tan extraña presencia: 

"Tendríamos que preguntarle a Freud" 

Para Elena Poniatowska, no tiene nada de extraordinario el suceso. “Es que Iván (Restrepo) siempre tiene unos horribles muñecos, así como cantantes, con las chichis de fuera, y las pone en los asientos. Entonces tú, para sentarte, tienes que quitar sus horribles monos esos que tiene, así como esos osos de peluche que la gente le compra a sus novias, o a sus novios, que abarcan mucho campo, así”.

- ¿Y de dónde es esa muñeca? Yo nunca había visto una muñeca así. ¿Era típica de la época?

- No sé de dónde saca esas cosas horribles, pero a él le parece muy chistoso. Pero sí las tienes que quitar para poder sentarte. Pero no vayas a creer que León (García Soler), que es tan serio, haya traído esa mona ahí.

A su vez, José Carreño, actual director del Fondo de Cultura Económica y antiguo vocero de Salinas de Gortari, tampoco conocía el motivo de la presencia de la muñeca tetona. 

En la óptica de Jaime Abello, presidente de la Fundación Gabriel García Márquez, lo interesante es que alguien se pregunte sobre la importancia de dicha muñeca. “El sólo preguntarnos qué significa esta muñeca me remite a mí a un tema que es un tema que me interesa mucho, que es el tema de la mitificación. Lo estoy viviendo porque de alguna manera, al tener que estar ligado al legado de Gabriel García Márquez y ocuparme ya no sólo de los temas estrictamente de periodismo, sino por ejemplo, responder preguntas como las que en entrevistas me hacen sobre Gabo, también me ha tocado oír una cantidad de historias —y de ficciones creo yo— convenientes para quienes en su momento dado en cierta versión, que son mitificaciones que parecieran inevitables.

“Yo diría simplemente que esta muñeca no tiene ningún otro propósito que servir de almohadita o de almohadón o de cojín del sofá, y que da la casualidad que el señor que está en la derecha le tocó agarrar a ese… pero que eso no tiene ningún sentido distinto al azar del diseño o de las opciones de mobiliario que el dueño de la casa tenía. Lamento no contribuir a que el mito crezca atribuyéndole a esa muñeca o almohadón un sentido distinto”.

¿Una representación de México? 

Pero el escritor y crítico, Pavel Granados, tiene una valoración distinta. “Yo he visto todavía a esta muñeca. No sé si pertenece al grupo del poder o al grupo de los intelectuales, pero sé que hasta hoy sigue presidiendo las comidas en casa de Iván Restrepo”.

- ¿Qué representa?

- A lo mejor es una representación de México, ve tú a saber, pero ahí está siempre en todas las comidas, siempre le dan un lugar muy especial en todas las reuniones, y yo creo que… Desafortunadamente no sé si la vas a poder entrevistar, pero ella es la que se sabe todas las historias de la casa de Iván Restrepo. Es la que ha visto ahí a Dámaso Pérez Prado, es la que ha visto llegar las principales noticias…

También se levanta muy temprano y está desde muy temprano en el sillón. Yo creo que veía… presenciaba las llamadas telefónicas de Carlos Monsiváis e Iván Restrepo, que se contaban todas las mañanas las noticias del periódico. Yo diría que es a lo mejor la protagonista de esta cena. A lo mejor le hicieron una comida en su aniversario a ella y ella es la protagonista, porque es la que estuvo antes que todos y es la que va a seguir después que todos ellos.

- Oye, y tiene un aspecto muy especial.

- Tiene mucho busto, tiene un corazoncito ahí, tiene unas piernas también muy espectaculares, lástima que no salieron. Yo creo que la trajo Margo Su desde sus tiempos del teatro Margo. Ya ha de ser muy antigua.

- ¿Tiene unas piernas largas?

- Sí, tiene unas piernotas así, creo que con sus medias de nylon y sus tacones. Y ese corazón es rojo, el que tiene ahí.

- ¿Tú la conoces bien?

- Yo ya la conozco, sí. Es que está en la casa de Iván Restrepo, está ahí siempre. Te digo que en todas las comidas… El día que estuvimos con Tito Guízar estuvo la muñeca. Lo que sí, yo no sé si tiene nombre, eso yo no me lo había preguntado, por ejemplo. A lo mejor lo tiene, no sé. Lo que tampoco sé es si pertenece al gremio de los escritores o al gremio de los políticos. A mí sí me gustaría que perteneciera más el gremio de los escritores, es muy simpática esta muñeca.

Finalmente, Iván Restrepo, el anfitrión de la reunión, quien vive entre Francia y México, después de una estancia larga en Europa abre las puertas de su casa en la calle Amatlán, en la Condesa, para hablar de la muñeca. 

- Quisiera que me ayudara a saber quién es o qué hace esa muñeca de la foto- se le pregunta.

- Ah, esa es mi tía Olga. Mi tía Olga tiene una historia, para mí, yo creo que envidiable. Mi tía Olga tuvo una de las casas de citas más importantes y de más abolengo que ha tenido la Ciudad de México. Primero porque la tuvo en Las Lomas y era para gente rica, muy rica. (Por fortuna, no iban políticos, lo cual quiere hablar bien de ella). Finalmente, un regente la convenció la convenció de que cerrara su actividad. Y ella la cerró -no la clausuraron-. Lo hacía porque le daba gana; le gustaba; disfrutaba el ambiente.

- ¿Y la muñeca es una representación de ella?

- Sí, se le debe a una actriz de cine, luego próspera empresaria: Olivia Michel. Fue casi un homenaje a ella, porque está muy vestida como cabaretera del oeste. Es más, tenía una pistolita de liguero. Alguien se llevó primero la pistola y luego el liguero. Y después la restauramos. Recientemente se restauró porque todo el mundo llegaba a apapacharla y a darle besos y a tomarse fotos. Y de tanto tomarse fotos con mi tía Olga, en esta representación, se fue deteriorando y hace como cuatro o cinco años la restauramos.

- ¿Cómo era su tía Olga?

- Yo creo que en esto era muy parisina, de las casas de la Maison Close que existieron en Francia y especialmente París, y donde estaban las mujeres más galantes y que tenían por amantes a gente muy poderosa: políticos y ricos. Ella yo creo que quiso ser esta madame de altura. Nunca figuró, nunca hubo ningún escándalo y yo siempre digo que su epitafio en su tumba es maravilloso. El epitafio dice: “Al fin duermo sola”.