En medio del desorden de la moderadora que olvidaba tiempos de exposición y reglas, y un formato que concluyó sin que se entendiera por parte del auditorio y candidatos, se realizó el primer y único debate por parte de los aspirantes a ser Senadores por Sonora.

Como en todos los debates hubo alusiones personales entre los candidatos de las tres coaliciones, pero nada significativo que nos lleve a pensar que se pudiera cambiar la ruta de preferencia electoral.

Las encuestas de medios serios como Televisa Sonora y el diario Expreso dan como líderes en la preferencia electoral a Sylvana Beltrones y Manuel Ignacio Acosta (PRI – PANAL – PVEM), seguidos de Alfonso Durazo y Lilly Tellez (Morena – PT – PES) y rezagados en un lejano tercer lugar Antonio Astiazarán y Leticia Cuesta (PAN – PRD – MC).

Si alguien aprovechó el tiempo disponible para marcar distancia con sus propuestas fue Sylvana Beltrones, que en cada uno de los 4 bloques temáticos describió que hará desde el Senado y sin duda hizo voltear a muchos sonorenses.

Sobre todo cuando habló de un tema sensible de seguridad y hacer delito grave las agresiones a mujeres y niños para que los agresores no salgan a llevar un proceso en libertad.

Se esperaba más de Alfonso Durazo, ampliamente conocido en la Ciudad de México por su cercanía al poder en el PRI, PAN, y su paso por PRD y MC. Trabajos a nivel de confianza de Presidente de la República. Pero en el debate no pudo, nuevamente explicar las propuestas de amnistía y cancelación de la Reforma Educativa.

En señalamientos fuertes Lilly Tellez sacó a la luz datos que hasta ese momento no se conocían, y es que Antonio Astiazarán es dueño de tres empresas dedicadas al negocio de la energía solar y eólica, las cuales participan en la instalación de un generador de energía construido con recursos públicos federales y del Ayuntamiento de Puerto Peñasco con lo que se benefició con decenas de millones de pesos.

Es además la bandera que ondea Astiazarán en su campaña, y quizá fue el más afectado porque no pudo articular una respuesta clara y convincente. Y no solo eso carga con la lápida que lleva el PAN en Sonora y que se llama Guillermo Padrés.

Manuel Ignacio Acosta recibió los ataques propios de quien ha sido alcalde, diputado federal y funcionario federal, quien se vio carismático pero a veces atropellado en contestar esas preguntas tan repetitivas y tan contestadas en diferentes momentos, incluso electorales, que no pueden ser consideradas de riesgo.

Lilly Tellez lució sus habilidades. Las que te da la televisión. El manejo corporal y la entonación vocal. No se puede distinguir la verdadera Lilly Tellez, la que está atrás de la actuación y el manejo histriónico del papel de candidato. Quizá los sonorenses esperaban conocer a Lilly la coterránea y no ver de nuevo a Lilly la periodista en TV.

Una candidata prácticamente desconocida, Leticia Cuesta, se seleccionó luego de que nadie quería acompañar a Toño Astiazarán como segundo de fórmula. En este debate perdió lo más importante que había construido que era su carrera como ciudadana interesada en ayudar a su estado. Hoy quedó como una mala política que no tiene propuesta.

El gran perdedor del debate fue del INE, que fue cuestionado prácticamente por todos los partidos desde que se inició el diseño por parte de una Comisión de Consejeros del INE. Una mala experiencia que ojalá no se repita en los debates que faltan, en Sonora y en otras partes del país.