Luis Castillo inició el año con el avistamiento de al menos 100 tortugas prietas muertas flotando en el mar. Se le apachurró el corazón. Las contó en un recorrido de 10 kilómetros entre Boquilla y Ventanilla, Oaxaca.

La última vez que el lanchero vio un espectáculo similar fue en febrero de 2016, cuando el fenómeno de la marea roja mató a 180 tortugas, según datos oficiales.

Además del avistamiento de Luis, otras 40 tortugas muertas fueron reportadas en la playa de Mazunte desde el pasado 24 de diciembre y hasta el primer día del año 2020. “En la arena los cadáveres y en el aire un olor pestilente”, contó Gerardo, un testigo quien por ahora trabaja en un centro turístico.

Pese a que los números se acercan al total de las tortugas muertas reportadas en 2016 y de que se trata de una especie en peligro de extinción, las autoridades aún no han declarado la emergencia ambiental.

“Y podría ponerse peor”, dicen en el Centro Mexicano de la Tortuga y uno de los pocos lugares que están atendiendo la emergencia. y uno de los pocos especialistas que están atendiendo la emergencia. Prefiere omitir su nombre pues las autoridades que deberían atender la emergencia no han autorizado dar información. Por ejemplo, Denisse Bermudez, encargada de despacho del Centro Mexicano de la Tortuga, se encuentra de vacaciones.

“Las hembras están anidando en estos días, una vez que terminen van al mar a alimentarse. Por ahora han muerto puros machos”

Centro Mexicano de la Tortuga

¿Por qué mueren las tortugas en Mazunte, Oaxaca?

Un voluntario por la conservación de la tortuga

La causa es el fenómeno de la marea roja, cuando los sálpidos –animales transparentes con apariencia gelatinosa– se alimentan de microalgas contaminadas. Las tortugas se comen esas “salpas”, se intoxican y paralizan. “Al final mueren ahogadas”, concluyen.

Luis y otros lancheros se han dado a la tarea de rescatar a las tortugas que encuentran flotando en el mar. En dos semanas ha sacado en estado crítico a 18 ejemplares, pero solo 10 han sobrevivido.

“Falta que hagan un equipo de rescate, que se dedique a sacarlas del mar y curarlas”, dice con tono alarmado y se propone como voluntario, dispuesto a hacer una pausa en su trabajo como guía turístico y pescador, y así poner su tiempo y sus habilidades al servicio de la tortuga prieta.

En el Centro Mexicano de la Tortuga cuentan con un solo motor que empuja una lancha para realizar labores de búsqueda y rescate de las tortugas, pero está descompuesta, reportan trabajadores. También requieren de gasolina y recursos para las labores.

Además, hacen falta medicamentos como antibióticos, antihistamínicos y sueros, adicionalmente chalecos salvavidas para envolver a las tortugas y que floten en las piscinas del Centro mientras se desintoxican.

Tortuga rescatada

Conseguir lo necesario para atender la emergencia suena difícil para un centro que está “en el olvido”, responde el mismo trabajador. La institución depende de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas, pero de la Región de Chiapas, no de Oaxaca, donde se encuentra.

En las calles de Mazunte, San Agustinillo, Zipolite y Puerto Ángel, el de las tortugas es un tema recurrente, por estos días casi todos han visto alguna tortuga muerta flotando en el mar o en las playas.

Los visitantes del Centro Mexicano de la Tortuga asisten especialmente a ver a las pocas que han sido rescatadas envueltas en chalecos salvavidas o flotando sobre pedazos de unicel en la pelea por no morir. Es un fenómeno extraño en un lugar donde se lucha porque vivan.

Tratándose de tortugas marinas, “es una emergencia y una tragedia que muera una sola”, finaliza Luis.