México.- A pesar de que en 2015 el entonces alcalde de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva, ordenó a sus mandos policiacos certificarse bajo criterios federales para evitar ser infiltrados por la delincuencia organizada, tanto Esteban Espinosa Montoya, secretario de la Policía Municipal, como el subsecretario Edmundo Salinas Meneses, se mantuvieron en sus cargos a pesar de haber reprobado los controles de confianza. 

Hoy, todos los policías municipales de Chilpancingo se encuentran bajo investigación, acusados de posibles nexos con la delincuencia organizada y por la desaparición forzada de al menos 7 jóvenes durante los últimos 10 días de diciembre pasado.

"Son 110 los policías que están en activo […] Están bajo investigación”, precisó Roberto Álvarez Heredia, Vocero de Seguridad de Guerrero

De acuerdo con una investigación del noticiero En Punto, de Televisa, documentos del Secretariado Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública advierten que Esteban Espinosa Montoya, secretario de la Policía de Chilpancingo, así como el subsecretario Edmundo Salinas Meneses, no aprobaron los exámenes de control de confianza en 2016.

Espinosa Montoya fue nombrado Secretario de Seguridad de Chilpancingo en 2015, meses después, por el temor a que la delincuencia organizada penetrara a la corporación, el entonces alcalde, Marco Antonio Leyva le exigió que certificara a todos sus elementos bajo criterios federales.

También le exigió que todos sus elementos debían ser capacitados para que ninguno se sumara a las filas de los grupos criminales.

Eso no ocurrió. En abril de 2016, el Secretariado Ejecutivo notificó al Alcalde que sus dos principales mandos el la Secretaría de Seguridad no fueron certificados, sin embargo, ambos continuaron en sus respectivos cargos.

“Para nosotros es una burla como familiares, y es una ofensa […] Que todo se investigue, todo llegue a su fondo”, exigió Natividad Patrón Ramos, hermana de joven desaparecido en Chilpancingo.

El temor del ex alcalde de que los grupos criminales penetraran su policía surgió los primeros días de su administración, cuando recibió amenazas del presunto jefe criminal en Chilpancingo.

Marco Antonio Leyva denunció las amenazas ante la Procuraduría General de la República (PGR); en la averiguación previa quedó asentado que los criminales le pidieron miles de pesos y cumplir con otras condiciones, como colocar a ciertas personas dentro de las áreas de Seguridad Pública.

Dos años después, el Ejército tiene el control de la Seguridad Pública de Chilpancingo porque los policías municipales y sus mandos están acusados de desaparecer y torturar a júvenes.