México.- Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, lleva a cabo una guerra ideológica contra la izquierda en las escuelas y universidades del país que genera angustia entre profesores y autoridades educativas, quienes sostienen que el gobierno implementa una lucha contra un enemigo que no existe.

El mandatario conservador anunció la revisión de los libros de texto y la supresión de referencias al feminismo, la violencia contra las mujeres y la homosexualidad, además de prever que el ejército tome el control de algunas escuelas y atacar a Paulo Freire, uno de los educadores más famosos.

En la víspera de la toma de posesión, Bolsonaro escribió en Twitter que uno de sus objetivos sería sacar a Brasil de las “peores posiciones en las clasificaciones educativas internacionales” mediante el combate a lo que calificó como “basura marxista”.

Nilton Brandao, presidente de uno de los más grandes sindicatos de profesores en el país, PROIFES Federacao, señaló que el gremio se mantiene expectante con respecto a la puesta en práctica de las medidas anunciadas por Bolsonaro.

Para el gobierno derechista, la batalla ideológica inicia con el retiro del legado de Freire de los centros educativos, pues según el presidente y otros conservadores, transforma a los estudiantes en “militantes políticos”, pese a que el educador brasileño sentó las bases de la pedagogía crítica.

Freire, quien era socialista, estuvo encarcelado durante la dictadura militar brasileña vigente de 1964 a 1985 y a la cual elogia el actual presidente Bolsonaro, quien además busca sustituir la tradición educativa mediante la inspiración de Olavo de Carvalho, quien se destaca por sus opiniones contra la globalización y el socialismo, así como por el fomento a la creación de escuelas privadas o religiosas.

Bolsonaro eliminó el departamento de diversidad del Ministerio de Educación y publicó nuevas directrices para los editores de texto para eliminar las referencias a temas como la violencia contra las mujeres y el sexismo, sin embargo, las críticas hicieron que la revisión de textos se detuviera y culparan al anterior gobierno de su publicación.

El mandatario prometió eliminar del contenido del examen nacional de secundaria la cuestión sobre género o movimientos LGBT mediante el uso del dialecto pajubá, el cual mezcla portugués con lenguas de África Occidental sobre todo en las religiones afrobrasileñas, aunque fue adoptado por la comunidad LGBT.

La directora del Centro para la Excelencia e Innovación en Política Educativas, Claudia Costin, aseveró que aunque el gobierno se queje del “adoctrinamiento en la escuela”, la solución no está en las leyes, sino en mejorar la formación y los salarios de los profesores, así como la elaboración de un programa de estudios común para todo el país.

Las encuestas tampoco dan la razón a la decisión del presidente, 71 por ciento de los encuestados considera que la política debe discutirse en las aulas y 54 por ciento, considera adecuado hablar de educación sexual, aunque el 59 por ciento de los evangélicos aprueba la prohibición para la impartición de educación sexual en las escuelas, una fuente importante de votos para el presidente conservador durante la campaña.

Con información de AP