México.- “Era mi amigote”, afirma Jorge Miranda, padre de Luz del Carmen, quien habría sido asesinada a los 13 años de edad y desmembrada por Juan Carlos “N”, conocido ahora como el “monstruo de Ecatepec”. 

En entrevista con Noticieros Televisa, Miranda afirmó que durante tres años sostuvo una amistad con la pareja de presuntos feminicidas. Su cercanía era tal, que según dijo, a él le dio trabajo como su ayudante de aluminiero durante tres meses y a ambos los apoyaba frecuentemente con préstamos para la renta, comida y pasaje. Eso no evitó que Juan Carlos convirtiera a Luz en otra de sus presuntas víctimas.

“En qué cabeza cabe de una persona que mate así nada más y luego que las descuartice y se las coma […] Era mi amigote, yo le ayude demasiado, le di trabajo, le pagaba muy bien, le pagaba sus comidas, sus camiones, le daba a su esposa dinero para que le diera de comer a los niños […] le pagué la renta también […] Me paga con la peor manera, matando a mi tesoro”, lamentó Jorge Miranda.

Jorge describe a Juan Carlos como un buen padre de familia. Señala que durante los 3 años que frecuentó su casa, de 2011 a 2014, nunca notó situaciones extrañas.

"Olía raro porque como pepenaba la basura, ahí tenía cartones y desperdicio, pero de basura", señaló Jorge, pero negó haber visto restos humanos en su casa ni señales de que fuera violento. 

"Vi el altar [a la Santa Muerte], nada extraño [...] A su esposa la trataba bien, yo nunca vi que a su esposa la tratara mal o que le gritara mal o que le dijera una grosería y a su bebé también lo traía bien, pobremente porque vivían muy mal ", recordó.

Desde hace días, Jorge asiste diariamente con su esposa a los juzgados orales de Chiconautla con una sola intención: escuchar una condena para el presunto asesino de su hija.

“Justicia y exijo la pena máxima”, demandó Araceli González, madre de Luz del Carmen, en entrevista con medios.

“Él lo dice en una declaración, que si él vuelve a salir sigue matando a la gente, entonces qué te esperas de este tipo, mejor que no salga, que se quede aquí, que sufra lo que tiene que sufrir, porque no es lo mismo estar ahí adentro que aquí afuera […] Yo le pedí mucho a mi Dios que me permitiera encontrar a mi hija y me lo cumplió, no como yo hubiera querido, pero ya sé dónde chillarle, dónde está, para ir a platicar con ella al panteón […] Ahora lo único que le pido a mi creador es que me dé fuerzas para verlo refundido aquí, para que sufra el desgraciado lo que nos hizo a todos”, declaró Jorge Miranda.

La misma exigencia se vivió el fin de semana en el camellón de la avenida Nicolás Bravo, esquina con Pie de la Cuesta, a unos metros del lote baldío donde Juan Carlos y Patricia depositaban restos de sus víctimas sin que nadie sospechara. Vecinas remozaron el lugar, colocaron flores nuevas y veladoras. Lo llaman ya el memorial de las mujeres en Jardines de Morelos.

Hicimos esto como un recuerdo para nuestras mujeres asesinadas así como desparecidas, porque esto no se acaba aquí, no fue algo que salió hace un año, dos o tres […] Lo que queremos es que esto sea un recordatorio de que no queremos una víctima más […] La verdad es que las autoridades no han actuado ni como deberían ni como nosotros como ciudadanos nos merecemos”, lamentó Esther, vecina de la colonia Jardines de Morelos.