México.- El pasado 3 de septiembre del 2018 la Universidad Nacional Autónoma de México se paralizó. Un acto de violencia cometido contra estudiantes del CCH Azcapotzalco evidenció deficiencias en la administración universitaria que ponen en riesgo la seguridad de los integrantes de la institución académica.

Más de 30 mil estudiantes marcharon el 6 de septiembre solicitando a las autoridades la salida de grupos de choque que agravian las libertades de los universitarios. Entre la demandas surgió la inquietud por la violencia de género; una cuestión que ha causado incomodidad en los últimos años.

En agosto del 2016 la Universidad implementó el  Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género con la finalidad de “prevenir, atender, sancionar y erradicar” las casos que se presenten dentro de sus instalaciones y fuera de ellas, siempre y cuando se encuentren implicadas personas pertenecientes a la institución.

A 2 años de su implementación los informes publicitados tiene un registro de 485 casos de violencia, siendo una constante el maltrato físico y psicológico hacia la mujer.

En el periodo que va del 13 de junio del 2017 al 8 de junio del 2018 se denunciaron ante el Subsistema Jurídico de la UNAM, 251 casos de posible violencia de género. El 98 por ciento de las personas que presentaron una queja fueron mujeres, mientras que el 96 por ciento de los agresores fueron hombres. . La cifra presentó un incremento del 2 por ciento con relación al Primer Informe sobre la implementación del protocolo para la atención de casos de violencia de género de la UNAM.

Ante la magnitud del problema resulta lógico que entre las demandas se exija el compromiso de las autoridades para crear mecanismos de protección para las mujeres, y así evitar casos como los de: Adriana Morlett, Sol Cifuentes, Lesvy Osornio, Miranda Mendoza y Mariela Vanessa Díaz; cuatro de ellas asesinadas y una desaparecida.

Los casos sin resolver  

Los casos sin resolver   El 3 de mayo del 2017 fue estrangulada dentro de las instalaciones de Ciudad Universitaria (CU), Lesvy Berlín Osorio. El cuerpo de la jóven de 22 años fue hallado a la mañana siguiente junto a una cabina telefónica instalada en el circuito interior de la universidad. Su feminicidio nos recordó la impunidad de otros relatos y del mismo modo sirvió para alertar de los que aún estaban por venir.    

En el año 2010 Adriana Morlett fue vista por última vez entrando a la Biblioteca Central de CU. La estudiante de arquitectura registró el préstamo de un libro y se comunicó con unos amigos avisando que iba en camino a su encuentro; Adriana nunca llegó. A los pocos días el libro regresó de manera sospechosa a la biblioteca y a pesar de dicha evidencia las autoridades universitarias negaron los vídeos que podrían ayudar a dar con su paradero. La arquitecta de años fue encontrada sin vida un año después en el Ajusco.

Sol Cifuentes fue asesinada en casa junto a su madre Graciela Cifuentes, académica de la UNAM, el 15 de marzo del 2018. El novio de la jóven las estranguló e intentó ocultar el crimen provocando un incendio; robó el automóvil que compartían las mujeres y llevó consigo algunas de sus pertenencias simulando un robo.  

Miranda Mendoza de 18 años salió de casa rumbo al CCH Oriente donde era estudiante. Fue secuestrada el 20 de agosto de este año y su cuerpo fue hallado calcinado un día después en el municipio de Cocotitlán, Estado de México.

Mariela Vanessa Díaz no está en casa desde el viernes 27 de abril del 2018. A cinco meses de su desaparición su familia aún sigue haciendo grandes diligencias con la esperanza de hallarla con vida. La Universidad Nacional les prometió apoyo, sin embargo,  la familia ha denunciado en distintas ocasiones que no ha habido más que opacidad por parte de las autoridades.