Teherán.- En un evidente cambio de parecer, Irán dijo el martes que aceptará la ayuda extranjera para las víctimas de los dos terremotos mortíferos que la semana pasada azotaron el noroeste del país.

El anuncio indica que las autoridades siguen lidiando con las consecuencias de los sismos del sábado, en medio de críticas de que las autoridades no reaccionaron oportunamente para asistir a la región afectada, en la frontera con Azerbaiyán y Armenia.

Teherán insistió durante dos días en que no necesitaba asistencia del exterior. Incluso el grupo humanitario Media Luna Roja de Irán rechazó a un contingente de socorristas de Turquía, alegando que llegaron sin una coordinación previa.

Los terremotos, de magnitud 6,4 y 6,3, causaron por lo menos 306 muertos y unos 3.000 heridos.

El gobierno iraní informó que ha dado albergue a unas 50.000 personas que perdieron sus casas por los terremotos, que fueron seguidos por decenas de réplicas.

Los movimientos telúricos pegaron con más fuerza en las ciudades de Ahar, Haris y Varzaqan, en la provincia de Azerbaiyán Oriental.

Al menos 12 poblados quedaron totalmente destruidos, mientras otros 425 tuvieron daños en sus inmuebles del 50% y el 80%, informaron la televisión y las agencias noticiosas estatales.

Hubo daños considerables en muchos caminos y otras estructuras. La televisión estatal mostró la entrega de ayuda a damnificados, principalmente en zonas rurales.

Las autoridades dijeron que los daños por los sismos ascienden a 600 millones de dólares.