El principal reto que enfrentará quien gané la presidencia durante las elecciones de octubre en Brasil, será aplicar una solución a la difícil situación económica, coincidieron economistas que participaron en el seminario "Escenarios postelectorales" en Rio de Janeiro.

El país se encuentra técnicamente en recesión con la acumulación de dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo, una inflación casi al límite máximo tolerado por el Banco Central y los gastos del Gobierno en niveles elevados ante los estímulos que viene ofreciendo para incentivar la producción.

El país celebrará elecciones el 5 de octubre, sin embargo, las encuestas aseguran que el pleito se definirá durante la segunda vuelta, el día 26 de octubre, entre la presidenta Dilma Rousseff y Marina Silva, quien empata en la intención de voto con 43 por ciento.

El secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda de Brasil, Márcio Holland, considera que el aumento de inversiones en infraestructuras, una reforma tributaria y la mejora en la cualificación de la mano obra constituyen los pilares para el crecimiento de la economía.

El economista Samuel Pessoa, miembro del equipo de gobierno de Silva, negó que la situación del país obedezca a la crisis internacional, en cambio la atribuyó a la deuda del "Contrato Social de la Redemocratización", que elevó la carga tributaria de los contribuyentes, además de que la economía brasileña se considera la más cerrada de la región.

Otro de los enfoques abordados fue el Marco Bonomo, economista del equipo del candidato socialdemócrata Aécio Neves, tercero en las encuestas, quien subrayó la necesidad de autonomía del Banco Central de Brasil para estimular la economía.

Con información de EFE